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Cataluña volverá a ser este jueves escenario de una cumbre hispano-francesa. Los respectivos presidentes, Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, se encontrarán en el Museo Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), en una reunión en la que, finalmente, el 'president' de la Generalitat, Pere Aragonès, hará de anfitrión. El Gobierno decidió el pasado 30 de diciembre celebrar el evento en Barcelona, una decisión que el Govern de la Generalitat ha criticado porque se tomó de 'manera partidista' y que ERC atribuye a la voluntad de fortalecer el relato de que "el Procés ha terminado" y demostrar que Cataluña vive ahora un momento de desjudicialización, paz y tranquilidad, en comparación con el 2017.
Sin embargo, la estrategia de 'pacificación' de Sánchez se ha topado con la oposición de las entidades independentistas. ANC, Òmnium Cultural y el Consell per la Republica junto a otras 30 entidades han hecho un llamamiento a la ciudadanía para que acudan a un gran manifestación convocada para ese mismo día a las 9 de la mañana en las 4 columnas de Montjuïc, situadas frente al MNAC.
ERC juega a dos cartas en este asunto. El presidente Aragonés participará en los actos institucionales de la cumbre y el líder del partido, Oriol Junqueras, se sumará a la protesta. Y lo hará junto a Junts y la CUP. Una imagen que no se veía desde el quinto aniversario del 1-O, debido a las discrepancias por el rumbo del proyecto independentista. El consejo de ministros de 2018 en Barcelona fue la última visita que generó una protesta conjunta con presencia de los tres grandes partidos independentistas, por lo que la próxima convocatoria del jueves servirá como termómetro de la unidad y pujanza independentista.
La contradicción sobre el papel de los republicanos en la cumbre, en la que participarán y, al mismo tiempo protestarán, es puramente aparente. Así lo justifica ERC al considerar que es importante tanto cuidar el papel institucional de la Generalitat como promover una manifestación pacífica que demuestre que el independentismo continúa estando presente.
De esta manera, a diferencia de Junts o ANC, que se manifestaran contra la celebración en Cataluña de la cumbre, los portavoces de ERC han explicado que la participación republicana será par "autoafirmar" el independentismo y no para ir "en contra de la cumbre".
Por ello, mientras Aragonès esté junto a Sánchez y Macron en el MNAC, será Oriol Junqueras el que encabezará la delegación republicada en la protesta. "El Gobierno dice que se celebra en Barcelona porque el independentismo está terminado, es normal que el independentismo salga a la calle para demostrar que seguimos vivos", justifica Pere Aragonès.
Si bien desde Junts han animado a Aragonès "a explicar los motivos por los cuales va a la cumbre", no han querido mojarse y han afirmado que es "competencia" del presidente decidir si asiste, o no. En este sentido, valoran "muy positivamente" que todos los partidos independentistas asistan a la movilización porque se recupera "la unidad independentista".
Junts participará a la movilización para "demostrar a Sánchez que el procés no se ha acabado" y lo harán de una "manera activa". Consideran que la cumbre es una "auténtica probación" y aseguran que la desjudicialización no ha terminado después de nuevos casos abiertos del Tribunal de Cuentas.
Desde la ANC han pedido directamente a Aragonès que no asista a la cumbre. Consideran que es "absolutamente contradictoria la decisión del Govern" y por eso les piden "congruencia para que no asista a la reunión". Critican que el Govern asista al evento y al mismo tiempo ERC "quiera expresar disconformidad participando en la manifestación", y reclaman que se respete el 52 por ciento del voto independentista representado en el Parlament.
En cambio, ni Òmnium Cultural ni el Consell per la República han querido pronunciarse sobre la presencia de Aragonès en el encuentro. "No valoramos las decisiones del Govern, es su decisión", defienden.
El objetivo de las entidades soberanistas es "lograr" que la movilización demuestre que "aquí no hay normalidad democrática", por ello, han hecho un llamamiento a la "unidad" para que no haya "ninguna rendija" entre los independentistas durante la protesta, ante la posibilidad de que pueda haber abucheadas a representantes de ERC.
Si bien hace 15 días nadie sabía nada de la cumbre, el encuentro hispano-francés ha acabado por impactar en la fase final de las negociaciones por los Presupuestos catalanes.
En este sentido, el hecho que ERC participe en una protesta contra el líder del PSOE ha puesto en alerta al PSC, que no acaba de tener claro con quién están negociando las Cuentas de la Generalitat, si con la ERC institucional o la ERC reivindicativa.
Si bien defienden que "respetan" la decisión de Junqueras de participar en la manifestación, consideran que "no es coherente" porque "no se puede estar en el huerto y en la viña". Mientras, sigue prestándose para seguir negociando aunque no dan su brazo a torcer y siguen exigiendo todas sus condiciones para apoyar las Cuentas.
Sobre la mesa de los gobiernos español y francés está la firma del Primer Tratado de Amistad y Cooperación entre ambos países. Además, Pere Aragonès envió una carta al gobierno de Sánchez con un listado de temas para que se traten en el acto, que incluyen cuestiones como el apoyo en la oficialidad del catalán en Europa, el impulso del corredor mediterráneo y del H2Med, el hidroducto previsto entre Barcelona y Marsella. Esto último puede explicar que la cumbre se celebre en Cataluña, ya que el H2Med es un proyecto que afecta a la comunidad y no tendría sentido hacerlo en otro territorio.
Las entidades independentistas consideran algunas de estas medidas son compartidas por el movimiento independentista. Sin embargo, remarcan que "lo más importante" es demostrar que "no se pueden hacer actos de dominación" y quue "deben tener en cuenta las necesidades" de Cataluña.