David Verge, alcalde de Planoles: "En el Pirineo hay trabajo pero la gente no viene a vivir por el precio de la vivienda"
La localidad, ubicada en el Pirineo de Girona, tiene una población de 300 personas que se triplica en vacaciones por las segundas residencias
Denuncia que el municipio tiene una veintena de pisos listos para convertir en vivienda social pero se eterniza la burocracia
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Situada en la valle del río Rigat, Planoles es una pequeña localidad del Pirineo de Girona con unos 300 vecinos entre semana que se duplican los días festivos gracias a las segundas residencias. A lo largo de los años, ha perdido residentes como tantos otros puntos de la España vaciada. Aun así, conserva una escuela rural, una parada de Renfe y ha inaugurado una guardería municipal para dos alumnos. Àngel Verge, alcalde de la localidad desde 2007 espera repetir victoria en las elecciones municipales del 28 de mayo. Continuará su "lucha" por abrir viviendas a precio asequible para atraer a nuevos residentes.
Pregunta: Háblenos de Planoles
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Respuesta: Somos un micropueblo de menos de 500 habitantes. En Cataluña hay 327. Estamos en el Pirineo a 1.200 metros de altura, pero muy bien comunicados con estación de tren y a una hora y media en coche de Barcelona y Girona. Conservamos la escuela rural, que funciona muy bien con 22 niños. Hace dos años abrimos la guardería municipal. Este curso tenemos dos alumnos y el año que viene esperamos tener cuatro. Es un pueblo muy soleado, que atrae al turismo de naturaleza y actividades deportivas.
P: ¿Desde cuándo gobierna su equipo?
R: En 2007 nos presentamos un grupo de vecinos. En ese momento estábamos adscritos a ERC pero en las siguientes nos hemos presentado como independientes. Nuestro objetivo es trabajar por el municipio, no tenemos ambición política, queremos que el pueblo avance de forma sostenible. Este año se han construido dos segundas residencias y nos parece muy bien pero no nos interesan las grandes promociones de 50 viviendas.
Existe el bulo de que si no estamos adscritos a un partido no obtenemos subvenciones, pero no es así.
P: ¿Por qué se independizaron de los grandes partidos?
R: Estos pueblos necesitan una gestión diaria, gente que trabaje. Con partidos todo se complica, porque el partido es un engranaje y todo va muy lento. No los necesitamos. Tal vez si estuviéramos adscritos a un partido se desencallaría algo. Existe el bulo de que si no estamos adscritos a un partido no obtenemos subvenciones, pero no es así. Como ayuntamiento no hemos tenido problemas.
P: ¿Qué grupos están en el Ayuntamiento de Planoles?
R: Somos siete regidores: cinco de Gent per Planoles y dos adscritos a Junts per Catalunya.
P: ¿Cuáles han sido los proyectos de Planoles en este mandato?
R: Hemos abierto la guardería y en dos meses estará operativa la fibra óptica, aunque esto ha sido obra de una compañía que se presentó al concurso y cableó toda la zona. Nosotros sólo hemos facilitado los permisos. Cuando esté operativa esperamos que los vecinos de segundas residencias se queden más tiempo. Es posible que nos traiga a más vecinos todo el año. Una familia de Barcelona nos ha dicho que esperan la fibra óptica para mudarse aquí con sus hijos.
También empezando una comunidad energética y construiremos un aparcamiento de autocaravanas cerca de la estación con una subvención Next Generation. También estamos arreglando las calles de Planès, otro pueblo que pertenece a Planoles.
P: ¿Algún error que reconozca del último mandato?
R: Un ayuntamiento intenta invertir el dinero de la mejor forma posible pero se puede equivocar. Queríamos hacer una calle peatonal en Planès, que a la vez es salida del pueblo, y recibimos muchas críticas de los vecinos. Al final lo tiramos atrás.
Desde 2018 he atendido a 80 familias interesadas a mudarse a un entorno rural (...) Nadie ha venido
P: ¿Cuál es el gran reto de la localidad?
R: La vivienda. Desde 2019 he atendido a 80 familias interesadas en trasladarse a vivir a un entorno rural y ninguna ha venido. Les vendo el pueblo, la estación, el colegio, la fibra óptica, hablamos de las opciones de encontrar trabajo pero nos encallamos cuando preguntan si hay viviendas. El precio de un piso en el núcleo urbano ronda los 300 euros. Mientras que el alquiler de nuevas viviendas sube a 700. Nadie ha venido. No estamos al nivel de La Cerdanya que se alquilan por 1.200 euros pero aquí los sueldos son de 1.200 - 1.300 euros, los precios son altos.
P: ¿Existe vivienda social?
R: Sí y están todas ocupadas. La Generalitat abrió una línea de ayudas para la rehabilitación de casas cerradas a cambio de alquiler social durante 15 años. Dos viviendas se han acogido a este plan y estarán disponibles después del verano. Mejor esto que nada, pero la velocidad es lenta. El problema son las trabas burocráticas, porque tenemos pisos para abrir pero todo está encallado.
Se pueden reaprovechar pisos sin inversiones millonarias
P: ¿Tenéis pisos cerrados que podrían salir en alquiler social?
R: Sí. Una veintena. Mañana mismo podrían entrar a vivir familias a 12 viviendas de un edificio que pertenece al Ministerio de Obras Públicas porque en los bajos guardan las máquinas quitanieves. La petición está hecha pero no recibimos respuesta. También tenemos un edificio de la Sareb con 6 viviendas cerradas. Presentamos la rectoría a las ayudas de rehabilitación de la Generalitat, la tenemos cedida por el obispado al Ayuntamiento, pero los requisitos no permiten la figura de la cesión. Son edificios que ya están construidos y que falta que la Administración lo entienda y agilice los trámites. Se pueden reaprovechar pisos sin inversiones millonarias.
P: ¿Qué supondría la apertura de estas viviendas?
R: Con 22 viviendas abiertas llegarían unas 60 personas. Si consiguiéramos pasar a los 400 habitantes sería un gran salto. Los comercios y restauración tendrían más vida, mejoraría la actividad económica. En los años 70, cuando llegó mi familia a la segunda residencia había 25 comercios abiertos, ahora sólo quedan 8.
P: ¿Hay trabajo en la zona?
R: Sí, existen oportunidades laborales para constructores, carpinteros, jardineros e industriales para la segunda residencia. También en el sector turismo, estamos junto al valle de Núria, la Masella y tenemos tres albergues en el pueblo. En la comarca hay varios polígonos industriales con empresas importantes.
P: ¿Qué pide a las administraciones?
R: Que desencalle la burocracia. Trabajo en la empresa privada y cuando ves que aquí los proyectos se eternizan te desesperas. No queremos que pase como en La Cerdanya que los trabajadores viven en autocaravanas porque no pueden costearse un alquiler.