12 años en barracones en un colegio de L'Hospitalet: patio sin sombra, comida en el aula y la lucha de un barrio

  • Las familias de la escuela Paco Candel reclaman a la Generalitat catalana la financiación para hacer realidad las anheladas obras

  • La Asociación de Familia de Alumnos se ha movilizado para hacer frente a la dilatada espera

  • El Ayuntamiento de la localidad catalana y la Generalitat mantienen las conversaciones para "avanzar" en el acuerdo

El colegio Paco Candel de L'Hospitalet (Barcelona) lleva 12 años en barracones a la espera de la construcción del centro escolar. Un retraso que ha acabado con la paciencia de las familias, que reclaman a la Generalitat catalana la financiación para hacer realidad las anheladas obras y dejar atrás los módulos prefabricados.

Más de 400 alumnos aprenden en barracones con una enseñanza "innovadora" que forma parte de 'Escola Nova 21', un sistema educativo colaborativo a través del intercambio y aprendizaje mutuo entre alumnos, maestros, escuelas y sociedades. Sin embargo, el contenido de las clases no se corresponde con el espacio del centro, aún por construir.

Tanto padres como hijos desean que el Departament d'Educació llegue a un acuerdo con el Ayuntamiento para firmar el nuevo convenio regulador, en el que la Generalitat se comprometa a pagar los cerca de 8 millones de euros que cuesta el nuevo edificio. De hecho, el consistorio se comprometió a avanzar el presupuesto, aunque la Conselleria quiere recortar esta cantidad.

Indignación y optimización del espacio

"Llevamos 12 años de lucha. Seguimos esperando la construcción del centro. Estamos indignados y cansados. No entendemos que no quieran pagar unas instalaciones acordes a la línea de la enseñanza que precisamente están potenciando", denuncia Lorena, madre y miembro de AFA Paco Candel.

Más de una década de parón, traducido en un ciclo entero de niños que han pasado por estos barracones desde infantil a primaria antes de llegar al instituto. "Mi hija va a segundo y no sé si verá el colegio construido. Sentimos impotencia. Nos dijeron que había fecha de construcción y todo se ha ido retrasando", añade Lorena, quien reconoce el "paso atrás" en la situación.

El centro ha tenido que adaptarse a su particular realidad y ha aprovechado "milimétricamente" el espacio ante la falta de equipamientos. "No tenemos gimnasio, por lo que los niños deben ser trasladados por la calle al polideportivo municipal. Las aulas de laboratorio, arte y música son provisionales y con un tamaño reducido", reconocen las familias afectadas sobre un colegio con los ratios "iguales" a los de una escuela construida.

"Tampoco hay ni una sola sombra en todo el patio. Además, las clases de infantil tienen que comer en las aulas por falta de espacio. Se acumulan olores y en invierno tienen que estar con la ventana abierta para airear", lamentan sobre un lugar que tampoco cuenta con cocina, por lo que tienen contratado un servicio de catering.

Pese a la situación existente, tanto docentes como padres tratan de minimizar los efectos en los niños. "Hemos hecho todo lo posible para que no piensen que están en barracones. Está todo amueblado de una forma agradable, pero claro, eso no quiere decir que cuando llueva no haya goteras o que los niños estén expuestos a olas de calor", matiza Lorena.

Ante la falta de consenso para efectuar las ansiadas obras, las familias se han movilizado para denunciar el "olvido" de un colegio ubicado en el distrito de Santa Eulàlia. "El 26 de noviembre pintamos el muro de la entrada entre padres e hijos. Han hecho camisetas y algunas agrupaciones ya han contactado con nosotros para ayudar", indican desde la Asociación de Familia de Alumnos.

Negociaciones entre Generalitat y Ayuntamiento de L'Hospitalet

Ambas partes llegaron a un acuerdo en 2017, que tipificaba que el consistorio asumía el coste de la obra. Desde entonces, tan solo falta por concretar el "incremento de coste" derivado del proyecto de centro educativo, "Tenemos diseñado el proyecto ejecutivo, que se tiene que llevar a cabo a aprobación. De alguna manera ese incremento de coste lo tiene que asumir el Departament", explica David Quirós, regidor de Educación de L'Hospitalet.

En esta línea, el consistorio afirma que la creación del centro, de forma participativa con la comunidad educativa, tiene "un coste superior" al que la Conselleria abona por la construcción de un colegio. También exponen que las negociaciones "ni estaban bloqueadas ni se han desbloqueado".

"Cuando tengamos cerrados esos flecos, lo reflejaremos en un convenio en el que el Departament se comprometerá a hacer efectivos los pagos y embolsar el coste total del proyecto, que asumirá en totalidad el Ayuntamiento y podremos firmar el convenio y ponernos manos a la obra", expone Quirós, que se marca de plazo hasta final de año para cerrar este asunto.

Previsión de futuro

De momento, las familias son conscientes de la ardua labor que les espera los próximos meses: "La lucha será larga, estamos preparados para ello. Es algo que para lo que nos hemos preparado ya tanto mentalmente como físicamente, porque sabemos que esto no va a ser cuestión de un día".

Pese a la impotencia acumulada, no pierden la esperanza. "Espero que mi hija vea el colegio construido antes de que acabe primaria. También es una lucha del barrio. Es un centro agradable, pero tiene sus carencias y no quieres que tus hijos estén en barracones", sentencian.

Hasta la fecha, L'Hospitalet de Llobregat cuenta con cinco escuelas en plan de urgencia. Como consecuencia, la alcaldesa Núria Marín ya pidió a la Conselleria de Educación "el mismo consenso político que hizo posible salvar la Academia Cultura" de la ciudad para rehabilitar estos centros afectados, además de sustituir los módulos de las escuelas Paco Candel y Maria Miret por edificios, y la creación de más líneas educativas en la Florida, Les Planes, el Centre y Sant Josep.