80 vecinos del barrio La Florida de L'Hospitalet de Llobregat llevan ya muchas noches sin dormir. La inseguridad y el incivismo se ha apoderado de las calles de la ciudad. A diario sufren robos, amenazas de muerte y agresiones por parte de un grupo de okupas que se ha adueñado del barrio.
"Siempre ha sido un barrio conflictivo, pero desde la pandemia y con la llegada de esta gente se ha incrementado la inseguridad. Son un grupo de unas 12 personas que vienen de Rumanía y Bulgaria y viven entre un piso que tienen en propiedad, una chabola y un piso que tienen okupado. Se dedican a gritar, hacer ruido, generan suciedad… Pero además amenazan a la gente. Se pelean, se intentan matar entre ellos. Los hemos visto con cuchillos, tirarse botellas de cristal y dejar rastros de sangre. También hay trapicheos de droga. Compran droga en el barrio", explica Marc, uno de los vecinos afectados.
Aseguran que el 80% de las veces la policía no acude cuando les llaman. "Cada día llamamos entre cinco y seis veces a la Guardia Urbana pero la mayoría de ocasiones no vienen. Hemos tenido reuniones con el ayuntamiento, pero siempre nos dicen que la prioridad es atender las incidencias de violencia de género y no tienen medios suficientes. La única solución que nos da el consistorio es que con el paso del tiempo esta gente se integrará", añade Marc.
Sin embargo, lamentan que son ellos y sus familias los que tienen que soportar todo tipo de situaciones totalmente surrealistas. "La gente mayor somos los más vulnerable, muchos debemos tomar ansiolíticos para poder dormir. También lo están sufriendo los niños que juegan en los dos parques infantiles que hay en la Avenida y ven las peleas, e incluso una de las mujeres dio droga a un niño de 10 años. También sufren los vecinos que deben levantarse por la mañana para ir a trabajar sin haber dormido", explica Josep.
Se sienten completamente desprotegidos e insisten en que el problema no es solo la suciedad y los gritos, también las agresiones que deben aguantar cada vez que se enfrentan a los okupas para reprocharles su actuación. "Algunos se dedican a mear y cagar donde pillan. A uno incluso le vieron masturbándose al aire libre. La más famosa, la Anita, tiene a todo el barrio amenazado de muerte", explica el hombre.
"Estamos atemorizados. A mi madre le intentaron robar el otro día. A una vecina de 76 años la amenazaron con violarla, le robaron el móvil y le intentaron robar el perro. A mi vecino le dejaron un cuchillo como amenaza en el buzón. Otro vecino sufrió un puñetazo tras pedirles que dejaran de pelearse en frente del parque infantil porque su hija tiene miedo a salir por la calle. Todas las comunidades de alrededor hemos sufrido desperfectos en la puerta del portal incluso dentro de las comunidades ya que orinan dentro. Y cuando llamamos a la policía, les decimos algo o nos amenazan o nos dirán botellas de cristal a la fachada de nuestra casa", denuncian.
Con el objetivo de poner fin a esta situación, los afectados del barrio se han organizado en una especie de movimiento vecinal y han creado un grupo de WhatsApp donde se coordinan para llamar a la Guardia Urbana varios a la vez cuando detectan algún incidente "porque si no no vienen". "Estamos organizando alguna protesta. Nos sentimos abandonados por el ayuntamiento. Todos estamos de acuerdo en la sensación de dejadez del barrio", aseguran.
De hecho, las quejas por la falta de seguridad y el incivismo en la ciudad son cada vez más recurrentes. Según el último barómetro municipal, la sensación de inseguridad en los barrios de L’Hospitalet se ha disparado. Actualmente 41,7% de los vecinos consideran la inseguridad el principal problema, mientras que en 2017 era lo consideraban un 20%.
Sin embargo, el número de infracciones registradas por el Ministerio de Interior mantiene cifras similares en 2017 se registraron un total de 15.649 delitos, mientras que en 2021 el balance final fue de 15.239 infracciones, es decir, 410 menos que hace cinco años.