"Crabzilla", que así se llama este tremendo ejemplar, fue capturado el pasado año en Japón, en aguas del Pacífico, por un pescador que se debió quedar más que asustado. Aunque en el mar es un predador letal, fuera del agua es bastante torpe ya que le cuesta mucho soportar el peso de su caparazón.
Desde el pasado febrero ha vivido en el acuario de Birmingham. Ahora le toca recalar en el Sea Life de Blankenberge, donde es seguro que será una de las más llamativas atracciones. Para llegar a Bélgica desde Reino Unido ha sido transportado en un vagón especial atravesando el túnel de La Mancha. LA