Tanto la directiva azulgrana como Guardiola quieren, por encima de todo, estabilidad. Por eso la noticia de la renovación puede hacerse pública a principios del nuevo año. De momento, los protagonistas mantienen silencio, pero parece que el contrato de Pep se prolongará por sólo una temporada, aunque Rosell hubiera querido atarlo por mucho más tiempo.
Eso sí, no sería una temporada como tal, sino un 1+1+1. Es decir, renovaría casi automáticamente al final de la campaña que viene si todas las partes continuaran estando a gusto y el proyecto funcionara. Las condiciones salariales sufrirían una mejora automática y pactada. De esta manera, se evita la tensión.
Para el presidente, Guardiola es el culpable principal del éxito de este equipo y ya ha dicho en varias ocasiones que su intención es que el de Santpedor sea el Ferguson del Barça y después, el Beckenbauer. Es decir, que acabe en la presidencia del club.
Según , las condiciones económicas y laborales fueron pactadas por ambas partes hace mucho tiempo. En lo que al salario se refiere, nunca ha habido problemas. Tampoco en lo deportivo, pues Guardiola ha tenido el mando desde que llegó y la directiva confía al 100% en sus capacidades (a pesar de no tener demasiado tino en la recomendación de algunos fichajes). El Mundo Deportivo
Así, el matrimonio Barça-Guardiola va viento en popa y, de momento, es sólido y duradero.
JNP