Raúl Romero Aparicio: 39 años; antecedentes por robo de vehículos y drogas; podría faltarle un dedo de la mano. Disparó a Mercedes Martín y a su hijo, sin piedad. Les esperó en una rotonda cerca de casa hasta que Mercedes pasó con su coche para llevar al niño a su colegio. El camino lo hacía cada día. Gastó el cargador. El niño recibió un tiro en la pierna y fue crucial para identificar al sicario que acaba de asesinar a su madre, y al vehículo que llevaba. En su huida, Raúl Romero quemó en Torrejón de Ardoz el vehículo Seat que había robado para el asesinato de Mercedes. Sustrajo otro coche y llegó hasta Utiel, donde tuvo una avería. Los testigos de una parada de autobús cuentan que iba en chándal; tenía los dientes desarreglados. Contaba que era de Málaga y que sus padres le habían mandado a Barcelona. Aseguraba que estaba mal de la cabeza. Ahora vivía en Valencia, donde pensaba llegar en autobús. Cuando detectó a la Guardia Civil comenzó a correr campo a través, con el arma homicida en la mochila. La Guardia Civil montó un despliegue con helicóptero incluido y esperó a que se alejara de la zona urbana para capturarlo. No abrió la boca en todo el camino hasta Toledo. No declaró ante los agentes de la Policía Judicial de Guardia Civil. Tampoco esta mañana parecía muy preocupado. No ha declarado ante el juez y su abogada explica que tenía muy claro que ingresaría en prisión. El cuerpo de Mercedes era incinerado esta tarde en la intimidad. Su familia está desorientada y no entienden quién ha podido encargar el asesinato. Mercedes llegó a Ventas de Retamosa hace años y le explicaba a la gente que se había refugiado en Retamosa huyendo se su expareja que la maltrataba, pero la Guardia Civil asegura que al sicario no le manda ni su exmarido ni la pareja actual.