Cierra la puerta de su casa, echa la llave, baja a comprar algo al supermercado y vuelve. En este tiempo, ya han entrado los ladrones en su casa, le han robado y se han marchado sin hacer ruido. Tardan poco más de un minuto, sí, uno, en abrir una puerta. Nadie se da cuenta, usan ganzúa, lo que viene siendo un alambre fuerte doblado y un hilo de lana. Así actuaba la organización que ha desarticulado la Policía Nacional con la detención del cabecilla de la mafia georgiana. Se dedicaban a robar en las casas por todo el país.
“Es una de las técnicas más utilizadas en los últimos tiempos”, relata a NIUS José Antonio Diéguez, portavoz de la Unión de Cerrajeros (UCES) en Andalucía. Manipulan los sistemas internos de bloqueo del bombín de la puerta, mediante una ganzúa, y con el hilo de lana imitan el movimiento que haría la llave para abrir la puerta.
“Esta técnica es muy limpia y no deja ninguna señal de que se haya manipulado la puerta o la cerradura”, asegura este cerrajero de Córdoba. No dejan rastros que puedan alertar a los vecinos. Los ladrones meten el hilo de lana en el bombín de la cerradura y así evitan que se vuelva a bloquear al seguir girando. La explicación requiere más tiempo que lo que ellos necesitan para hacerlo.
Es un método muy antiguo, que se usaba hace años, pero que los ladrones, como expertos cerrajeros, siguen utilizando para robar. Acceden fácilmente a las viviendas, en unos minutos están dentro. No eligen a sus víctimas de forma improvisada, antes estudian los movimientos.
Los robos en pisos son más frecuentes que en casas porque éstas “dan a la calle y hay más exposición”, asegura el cerrajero. A día de hoy, muchos bloques tienen puertas que separan las plantas. Los cacos, se encargan de bloquear el ascensor y la puerta para que nadie se de cuenta de que están ahí.
Afortunadamente, sí. Para ello, hay que hacer una inversión: “A partir de 85 euros hay bombines de garantía”, explica Antonio Diéguez. Es la única forma de evitarlo. Colocando una instalación más moderna que impide el robo. “Es una inversión segura, a largo plazo”, reconoce el experto, quien explica, que en España el 80 por ciento de las viviendas se construyeron antes de 1990 y que “el parque de cerradura actual está obsoleto, el 95% mantienen cerraduras básicas y son muy fáciles de manipular”.
Un cambio de cerradura podría, según los expertos, evitar más de un 30 por ciento de los robos actuales. Solo en lo que llevamos de año, según los datos que recoge la Unión de Cerrajeros, se han registrado 16.465 robos en viviendas.