Crear con las manos a través de la arcilla, la pintura o cualquier otro material es un arte que resiste a la vorágine tecnológica que engulle a la sociedad. Remueve el talento, la habilidad y la inspiración que todos llevan dentro, algo que ahora las empresas quieren aprovechar y apuestan por esta maestría para que sus trabajadores crezcan en lo que se conoce como 'Team building': la construcción de equipos.
Las empresas preparan talleres en los que contratan a creativas artísticas, como Syrie Blanco en Cádiz, para enseñarles a los empleados, a través de la arcilla, habilidades y retos que luego aplican en el día a día. No solo esto, algunos trabajadores, sobre todo de grandes empresas, aprovechan para conocerse por primera vez en estas jornadas.
Durante dos horas, ahora por pareja por motivos del covid, se enfrentan a un proyecto que sacan de un bombo. A cada uno le toca construir algo. “Antes de comenzar les doy herramientas para manejar la arcilla”, explica a NIUS Syrie. A partir de ahí, cada equipo plantea cómo quieren hacerlo.
Trabajan con un material desconocido para la gran mayoría. Ese es su primer reto: “A mitad del proceso les cambio la dirección”. La artista les plantea entonces las directrices que deben seguir, como que, a partir de ese momento, deben continuar el proyecto a base cuadrados, triángulos o círculos, por ejemplo.
“La idea es asemejar lo que están construyendo con los problemas que pueden surgir en el trabajo, imprevistos como que a alguien se le borren todos los archivos del ordenador y tenga que volver a empezar, o lidiar con un cliente difícil", indica Syrie.
La artista, en otras ocasiones, les destroza lo que habían elaborado. “Lo hago sin avisar y así vemos cómo reacciona cada uno a los contratiempos”, explica. ¿Qué haces cuando te rompen tus esquemas? ¿Cómo afrontas las dificultades en el trabajo? Son algunas de las preguntas que les hace con el fin de transformar algo negativo en positivo.
Las empresas apuestan por talleres como estos para que sus trabajadores también practiquen la comunicación ante situaciones que no controlan. “Es forzar la máquina de la creatividad, de la comunicación, haciendo algo que nadie conoce”, asegura Syrie.
Centrar la atención en construir, sin móvil, practicar la paciencia, vivir en presencia concentrados solo en una cosa y el desapego por las cosas. En este taller, y en casi todo lo que se construye, “es más importante el proceso creativo que el producto final”.