Amarrar el barco resulta estos días más económico que salir a faenar por el precio del combustible. De 0,29 que costaba hace un año, pagan ahora 1,18 euros. Una situación que ha hecho que muchos pescadores hayan decidido no salir a la mar. “No les compensa”, asegura Vicente González, Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Carboneras, Almería.
De una punta a otra de Andalucía, todos coinciden en lo mismo. Es muy difícil rentabilizar la pesca cuando se parte de unos gastos desorbitados. Por poner un ejemplo, un barco de arrastre necesita unos 1.000 euros diarios, dependiendo de las dimensiones de la embarcación. Lo que significa, unos 1.200 euros al día en combustible. La media de ganancia de estos pescadores ronda los 1.500 euros de media. “Tendrían que vender 3.000 euros para costear todo y tener una ganancia medio digna”, asegura Vicente. Una venta que a día de hoy nadie consigue.
Trabajar para pagar el gasoil es ilógico. Por ello ya hay muchos barcos amarrados, sin salir a faenar porque no merece la pena. En el caso de Vicente, dedicado a la pesca de cerco, que ahora están en parada biológica, se plantean qué hacer cuando llegue el momento. “Si el 1 de abril esto sigue así, no sé cómo lo vamos a hacer”, confiesa con preocupación. En el caso de estos barcos, hay un factor variable en juego y es que no todos los días se consigue gran material. Por lo que arriesgan a que salir a trabajar se traduzca en solo pérdidas.
En Huelva, el Patrón Mayor de la Cofradía de Ayamonte, Manuel Rodríguez, insiste en que “así no se puede mantener el trabajo”. El beneficio es tan mínimo, para quién lo consigue, que no es rentable salir a la mar. Asegura que ya son muchos los pescadores en la zona, en los puertos de Ayamonte, Isla Cristina y Punta Umbría que han tomado la decisión de no faenar hasta que el combustible vuelva a tener un precio “más o menos razonable”.
"Nuestros clientes, serán otro gran perjudicado", explica a NIUS María José López, de la Cofradía de pescadores de Motril, en Granada. "Esto es un desastre y es desesperante", dice, al no ver una solución a corto plazo. Muchas familias que viven de la mar están temiendo perder sus empleos. "Estamos muy preocupados, muchos están gastando ahora los ahorros que tanto les ha costado conseguir", asegura. Muchos pescadores granadinos ya han informado a la cofradía de que trabajaran hasta que se termine el combustible y luego pararan hasta que la situación mejore porque no les compensa trabajar.
“Estamos hartos de mandar escritos y nadie nos hace caso”, relata Vicente. Tiene esperanza en la reunión que la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores y la Patronal Cepesca va a mantener con el ministro de Pesca, Luis Planas, para analizar opciones que alivien la situación de los armadores y tripulaciones pues las previsiones no auguran que las subidas del gasóleo vayan a moderarse a corto plazo.