Una familia bilbaína, pero afincada en Isla Canela (Ayamonte, Huelva) está desesperada y pide ayuda para recuperar cuanto antes a su perrita Lola. "Estamos sufriendo mucho, nos la han robado", asegura la dueña del animal a Informativos Telecinco.

Este caso recuerda al secuestro de Simba, cuyo caso terminó en un terrible desenlace tras hallarlo muerto. También era un yorkshire, como la pequeña de 11 años de la que ya hace más de un mes que Begoña no sabe absolutamente nada.

Tiene su chip y su hija ha difundido en redes sociales varias fotos de ella, solicitando colaboración ciudadana por si alguien la ha visto o la ve. "Seguimos buscándote con un dolor terrible en el corazón", dice María en referencia a Lola.

Le pide que sea "fuerte", después de señalar al "desalmado que se la llevó del jardín de casa". Porque tanto ella como su madre tienen sospechas de quién fue el responsable de su desaparición, a finales de diciembre del año pasado.

De hecho, presentaron denuncia ante la Guardia Civil y Policía Local, que investiga los hechos. "No dudamos de su maldad", expresa incluso la hija de la propietaria del can, quien nos ha contado más sobre lo ocurrido.

Realmente todo comenzó cuando descubrieron que una persona en la que habían estado confiando "tenía antecedentes por varios delitos". Así se lo confirmaron los agentes del Instituto Armado, a quienes acudieron tras sufrir "un accidente" de tráfico.

"El coche nos lo había vendido un señor que se ofrecía como mecánico a domicilio y lo contratamos para que hiciese unas revisiones a otros vehículos que teníamos", nos ha explicado Begoña, la madre de María.

"Sabía nuestros horarios y rutinas. Venía a casa cuando no estábamos ni yo ni mi hija, se quedaba sólo mi marido Javier, que padece Alzheimer. Entonces, ahí ya no sabemos lo que le hacían firmar, porque él no se acordaba", lamenta.

Creen que un día de esos, en ausencia de ambas, acudió "junto a su pareja" al domicilio y "se llevaron a Lola". "No sabemos nada más desde entonces, no ha dado más señales", dice entre lágrimas la mujer, de 80 años. "Estamos devastadas", añade.

"Sabía lo que sentíamos por ella", piensa acerca del individuo. Sin saber dónde ni cómo está la perrita, cuando llaman a los agentes, éstos les afirman que "no tienen novedades". Esta incertidumbre las "está matando".

Incluso nos desvela que, tras haber hecho público el caso de su búsqueda, reciben "llamadas de gente a las cuatro o cinco de la madrugada diciendo que la tienen". Aunque sin tener pruebas de ello, les piden "dinero y amenazan con matarla".

"Se nos rompe el alma porque Lola es una perra buenísima y maravillosa, no se merece que le ocurra esto", señala muy apenada por lo que les está pasando. "Hemos estado rastreando varias zonas por si la encontrábamos, pero nada", concluye.

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