"Es el peor de los años", dice Tamara Jiménez, Presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro Histórico de Jerez de la Frontera, en Cádiz. Ellos son espectadores de primera línea de una de las fiestas más arraigadas a la ciudad y más populares fuera de ella.

Las zambombas jerezanas se han convertido en todo un fenómeno que atrae cada año a miles de visitantes dispuesto a disfrutar de la expresión más flamenca de la Navidad, pero no es oro todo lo que se canta. Detrás de todo un día de fiesta flamenca, queda una imagen que empieza a cansar a los vecinos.

"Está siendo un verdadero infierno, una auténtica pesadilla", se puede leer en el comunicado que la Asociación ha hecho público para pedir que no se desvirtúe una fiesta con años de historia.

"Eviten que Jerez se convierta en el Magaluf de Las Zambombas", piden al tiempo que suplican que se refuerce la limpieza y la seguridad de aquellas calles no principales que sufren en estos días al convivir con "calles convertidas en ratoneras, ríos de orina en nuestras calles, cristales rotos en nuestras plazas o con el destrozo de mobiliario urbano", lamentan.

Desde la Asociación de Vecinos quieren denunciar la situación de desamparado y abandono que sienten y que consideran que va en aumento año tras año, "sin hablar del ruido y de la imposibilidad de salir y de entrar de nuestros hogares".

"Estamos optando a la Capitalidad Europea de la Cultura, mientras estamos viviendo una muerte en directo, una terrible desvirtualización y mercantilización de nuestras fiestas, un bien de interés cultural muy alejado de la cultura. ¿Jerez Capital Europea de la Cultural? Jerez Capital Europea de la Basura". Es el drástico mensaje con el que esta Asociación denuncia la situación que están viviendo.

Quieren y apoyan la fiesta, pero piden que se celebre con respeto.

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