A Manoli y a Nani les separan casi 700 kilómetros. Una es bailaora y la otra costurera. La primera es de Coria del Río, Sevilla, la segunda vive en Algemesí, Valencia. Una máquina de coser ha desafiado toda distancia y, ahora, han quedado unidas para siempre, pero: ¿cómo ha llegado la una a la otra?.
Manoli Gutiérrez es sevillana, de Coria del Río, y a pesar de su juventud dirige la Escuela de Baile Profesional de su pueblo. El mismo día que conoció la tragedia en la que se vieron envueltos en Valencia por culpa de la Dana empezó a movilizarse, y cambió el sonido del taconeo de los tablaos de su escuela, por el de bolsas repletas de ayuda que caían, una tras otra, en sus aulas: "publiqué en mis redes sociales que recogería material de primera necesidad para las zonas afectadas y en sólo dos días hicimos un primer envío", cuenta Manoli.
Aquel material llegó y Manoli siguió recopilando ayuda. "A la semana siguiente mi vecino me dijo que saldría hacia Valencia con una furgoneta y que podría llevarse esa segunda tanda de ayuda que tenía ya acumulada. Entonces me habló de Nany".
Nany es costurera, tenía un taller en Algemesí, zona devastada por la tragedia. Su último trabajo antes de perderlo todo fue hacer unos muñecos de tela para regalarlos a unos niños que necesitaban una alegría: "conseguí salvar la tela de los muñecos", dice llorando en un video que está dando la vuelta al país.
Esta afectada acababa de comprar una máquina de coser para poder crecer en su negocio. No llegó a estrenarla. El barro se la llevó junto a todas las posibilidades de seguir trabajando.
Los vecinos de Manoli habían conocido in situ la historia de Nany y cuando llegaron a Coria del Río emprendieron la búsqueda: "¿Alguien tiene una máquina de coser?".
En casa de la bailaora nadie se dedica a la costura, pero hace un tiempo la coriana se compró una máquina para atender sus propias necesidades. "No lo dudé, está en perfecto estado, la he usado dos veces, mi máquina es para ella".
El resto de la historia queda reflejada en un emocionante video en el que se ve como Nany recibe el regalo llegado desde Sevilla: "mamá ya tengo máquina".
Para algunos, como para Manoli, es una simple máquina de coser. Para otros, como para Nany, es una oportunidad para seguir adelante. En el envío se incluía una nota que la costurera no llegó a leer: "Mientras tengamos vida, todo lo demás se puede arreglar".
La de Sevilla sigue recogiendo materiales para ayudar a los de Valencia, porque la necesidad todavía existe.
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