Unos conciertos que se están celebrando ya desde anoche en el parque de La Hoya en Almería están envueltos en polémica. "Por su proximidad y el tipo de actividad amenazan el bienestar" de las gacelas y arruís que viven en una finca cercana.
Así lo denunció el lunes la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) del CSIC en un comunicado. En él informaba que había pedido al ayuntamiento almeriense que trasladasen estos eventos a otro punto de la ciudad por el "peligro" para los animales.
Sin embargo, desde el consistorio no tomaron cartas en el asunto, al considerar su "bajo impacto acústico". A pesar de que la primera actuación programada para el día 19 de junio se canceló por el viento, este jueves sí arrancó el festival Alamar.
De hecho, el propio consistorio compartió en sus redes sociales imágenes del primer concierto, a cargo de Antonio Lizana Quinteto. A través de la cuenta de la Concejalía de Cultura, hoy ha animado a los almerienses a acudir al segundo: esta noche a las 21:30 horas.
Mañana sábado será el último, aunque en julio se ha previsto organizar también el festival de flamenco y danza de Almería (del 17 al 20). Para los expertos de la EEZA, "son incompatibles con el programa de conservación" de los ungulados norteafricanos.
Estas especies en peligro de extinguirse, además, se encuentran actualmente "en periodo de reproducción". "Más de 50 crías", que tienen entre dos semanas y dos meses sólo de vida, conviven con las hembras adultas en la zona de La Hoya.
Allí tienen "unos 400 animales" salvajes de tres tipos diferentes de gacelas y del arruí sahariano. Es el "mayor reservorio para su posterior reintroducción en sus países de origen en el norte de África".
Hace dos días, la estación compartió en sus redes imágenes en vídeo de estos ejemplares. Denunciaba que el consistorio había desoído la petición que habían hecho. "¿Merece la pena poner en riesgo este legado?", se preguntaba al respecto.
Consideran que existen "otros emplazamientos" para celebrarse los conciertos, ya que Almería dispone de "gran variedad de espacios". La circunstancia que están viviendo ahora no es nueva, pues en 2020 sucedió algo similar.
Recuerdan que presentaron un estudio científico-técnico en el que se mostraban, aparte del ruido, los requerimientos administrativos y legales que debían cumplirse. En concreto, para festejar cualquier evento con contaminación acústica e impacto tanto en personas como en animales.
Por otro lado, en la EEZA se han visto sorprendidos por la decisión de elegir el parque de La Hoya como escenario. Puesto que, en enero de este 2024, la propia alcaldesa de la ciudad y su concejal de sostenibilidad ambiental estuvieron visitando las instalaciones de la finca.
Conocieron esa labor para conservar las especies, de primera mano. Y, sin embargo, ahora han actuado como si no les importase, al no cambiar de ubicación los festivales musicales. El espacio donde se han organizado "es propiedad del CSIC".
Pero, "fue cedido al ayuntamiento en 2007". La cuestión es que en el convenio se especifica que "sólo podrá destinarse a fines que justifican" esa cesión. Como crear un parque público urbano con jardines, pérgolas y paseos. Sin embargo, se le está dando usos culturales.
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