El angustioso rescate a un anciano tras una explosión en Chipiona: "Hay que sacarlo de aquí"

Eran las dos menos cuarto y quedaba poco para que terminara el turno de Fernando y Francisco. En ese momento a 300 metros del cuartel de la Guardia Civil en Chipiona, en Cádiz, se oyó una explosión. Venía de una nave donde reparaban embarcaciones y hasta allí fueron los dos agentes sin saber aún que estaban a punto de salvarle la vida a José Antonio. 

Este hombre de 78 años estaba trabajando en un taller náutico. Se disponía a hacer un agujero en una embarcación y en el momento de encender el trompo se produjo una deflagración. "Había mucho gas en el ambiente", explica su hijo, "y el fuego incendió su ropa". Un vecino, que se quemó las manos consiguió apagarlo, pero no pudo sacar a José Antonio así que su mujer corrió a avisar a la Guardia Civil.

"Cuando llegamos nos dijeron que dentro había una persona", dice Fernando que en ese momento miró a su compañero y sin mediar palabra decidieron entrar en un taller inundado por el humo y los gases. Ya en el interior apenas podían ver, pero se guiaron por los gritos de José Antonio que se encontraba al fondo de la nave.

Una vez que lo localizaron vieron que su estado era grave. "Se había quemado y estaba entero cubierto de combustible", explica Fernando. También había combustible sobre el suelo y el taller seguía inundado por los gases. "Hay que sacarlo de aquí cuanto antes", dijo el agente consciente de que una segunda explosión podía producirse.

"Además tenía heridas muy graves y su avanzada edad aumentaba el riesgo", cuenta Fernando a Informativos Telecinco, así que los agentes llevaron a José Antonio directamente hasta el Hospital de Sanlúcar. De allí fue trasladado a la Unidad de Quemados del Virgen del Rocío donde continúa ingresado.

Hoy se somete a una operación sobre su quemadura principal en las piernas. "Al ser muy mayor las operaciones se las hacen poco a poco", dice su hijo que ha visitado ya en varias ocasiones el cuartel de la Guardia Civil para conocer a quienes atendieron a su padre. "Gracias a ellos y al vecino mi padre se salvó", comenta, pero Fernando se sacude el orgullo con modestia y responde: "La Guardia Civil estamos para esto".

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