La Guardia Civil ha detenido a los tres responsables de estafar más de 23.000 euros a un octogenario, una pareja y su hijo de quince años arrestados como responsables de 79 delitos de estafa y hurto contra el anciano.
Según ha informado este cuerpo armado, la operación Anchovi ha permitido detener a un hombre de 35 años, a su mujer, de 32, y al hijo e ambos, un menor de 15 años, acusados de diecinueve delitos de hurto y otros sesenta de estafa cometidos contra un octogenario al que le han estafado más de 23.000 euros.
La víctima es responsable de una organización benéfica de una localidad del área metropolitana de Granada y el detenido, durante sus permisos penitenciarios, le ha estado ayudando a realizar compras, transportar paquetes, etcétera. Abusando de esta situación de confianza, averiguó cuál era el número PIN de la tarjeta bancaria del octogenario y se la robó en una veintena de ocasiones para usarla de forma fraudulenta y devolvérsela sin que el anciano se diese cuenta de su desaparición.
Con la tarjeta en su poder, los detenidos realizaron compras en una conocida cadena de venta de electrodomésticos, en tiendas de informática, de telefonía móvil y de deporte y en joyerías.
También extrajeron dinero de cajeros automáticos y la utilizaron en salones de juego y restaurantes hasta alcanzar las sesenta estafas consumadas entre diciembre de 2023 y marzo de 2024.
Los agentes de la Guardia Civil han averiguado que los teléfonos móviles de alta gama y otros objetos que los detenidos compraron con la tarjeta bancaria de la víctima, los vendieron luego en tiendas de compraventa de objetos de segunda mano o a través de internet.
La investigación comenzó el pasado mes de marzo después de que el hijo de la víctima denunciara que le habían avisado del banco porque la cuenta de su padre octogenario tenía un descubierto porque alguien le había vaciado la cuenta.
Los agentes visitaron los numerosos comercios donde se utilizó fraudulentamente la tarjeta bancaria del anciano y solicitaron las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad, aunque en la mayoría ya no las tenían por el tiempo transcurrido.
Sin embargo, los estafadores han sido identificados mediante reconocimientos fotográficos.
La Guardia Civil ha averiguado que los detenidos actuaban de manera coordinada, comprando juntos, por separado, o solo el hijo menor de edad, en función de si el establecimiento ya los conocía como delincuentes habituales.
Durante la fase de explotación de esta operación, la Guardia Civil registró con autorización judicial el domicilio de los detenidos y pudo recuperar numerosos efectos que supuestamente han comprado con la tarjeta de la víctima.