El Estadio de La Cartuja pudo disfrutar de un rock intenso, de hecho, uno de los más intensos que ha existido en todo el mundo, y que sigue existiendo para ofrecer este tipo de espectáculo tan inolvidable para todos sus fans. AC/DC supo cómo romper las expectativas a todo el público allí presente.
Parece que el estadio ardía, no solo por las altas temperaturas que acompañaron a este espectáculo tan increíble, sino por como el grupo rockero supo motivar a sus fans tocando las campanas del Hades para tener toda su atención y dejarles atónitos con su potencial wagteriano que tanto caracteriza el ‘Power Up Tour’.
Con ese clásico escenario que acompañan a los artistas allí donde pisan, la escenificación y el sentimiento que transmitieron fue tal que hicieron bailar hasta el último presente, incluso, a los propios trabajadores del recinto.
En honor al primer vocalista del grupo, Bon Scott, sonó el esperado Black in Black a tan solo 10 minutos de comenzar el concierto, lo que anunciaba que iba a ser una jornada mucho más que intensa y larga. Las pantallas que se encontraban alrededor del escenario mostraban como era el mundo del grupo, a través de explosiones, motos, y mucha destrucción. Thunderstruck , Hells Bells, fueron las canciones que casi dejan sin aliento a todas las personas, incluido a los propios cantantes que ya se habían quitado sus gorras y se encontraban inmersos en un ambiente de lo más mágico.
Pese a que los integrantes ya no son jóvenes alocados, se están comiendo el mundo de la misma manera que lo han hecho siempre. Así lo han demostrado en Sevilla, ciudad en la que se paró el tiempo y parecía que no existía nada más, ni el mismo Bernabéu.
La voz de Johnson, los trucos del viejo Angus son los que dejaron ‘boquiabiertos’ a los asistentes del concierto, que pudieron ver cómo los maestros del rock hacían sus trucos en pleno directo. Se hizo esperar, pero llegó, el tema que terminó reventando La Cartuja, Higway To Hell, apareció casi a las 23:00 con Young saltando al centro de la plataforma exhibiendo unos cuernos de lo más diabólico.
No podía faltar el confeti, los saltos que acaban con los cantantes desplomados por el suelo, pero lo que nadie se esperaba es que el concierto fuese a cerrar con una explosión de T.N.T. Una verdadera mascletá despidió a los australianos y dejó muy buen sabor de boca y un gran recuerdo en el corazón de todos sus fans.
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