Han bastado tan solo cinco segundos para ver caer la chimenea de la central térmica Litoral de la compañía Endesa en Carboneras, en la provincia de Almería. Durante casi 40 años la planta estuvo operativa, pero a finales de 2021 empezó su proceso de desmantelación en el marco de su plan de descarbonización.
Nadie ha querido perderse esos cinco segundos que ha durado demolición de la chimenea que se había convertido en un símbolo de la localidad. Más de 200 metros de altura y una estructura metálica de soporte de 48 metros, que durante cuatro décadas han formado parte del paisaje de Carboneras.
Algunos negocios del pueblo incluso han cerrados sus puertas poco antes de la una para poder contemplar y hasta grabar una imagen que ya es histórica. También han estado presentes el director general de Endesa en Andalucía, Extremadura Ceuta y Melilla, Rafael Sánchez Durán, así como varios responsables del desmantelamiento y autoridades invitadas.
Para la voladura de la chimenea se han empleado explosivos de forma controlada, con un radio de seguridad de 500 metros. La compañía UTE Lecalde ha sido la encargada de la demolición, en la que han trabajado más de 80 personas de forma directa, con el objetivo final de desmantelar toda la planta entre cuatro y seis años.
El desmantelamiento y la demolición de todos los edificios, instalaciones y equipos de la central supone una inversión de 60 millones de euros y se lleva a cabo siguiendo principios de 'economía circular', con el objetivo de valorizar por encima del 90 por ciento de los materiales a fin de conseguir un certificado de residuo cero.
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