La misteriosa desaparición de Edwin arranca en Palma de Mallorca, allí vivía desde con su hermano Milton. Edwin, de 54 años, acababa de llegar desde Colombia con la reagrupación familiar. Apenas conocía a España, pero le contrataron para hacer una mudanza en Jaén y así empezó el viaje en el que desapareció. 

Una vez en Jaén, Edwin y su jefe tuvieron un altercado al caer la noche. "Su jefe lo encerró con llave y candado en la parte de atrás de la furgoneta para que durmiera allí", cuenta Milton. Al verse encerrado, Edwin se puso nervioso y empezó a golpear el vehículo desde dentro, lo que acabó en un enfrentamiento. 

"Los dos se agredieron y su jefe llamó a una ambulancia que se llevó a Edwin al Hospital de Alta Resolución de Cazorla", cuenta Milton. Eso sucedió a las doce de la noche. Sobre las dos y media de la mañana, le dieron el alta. Las propias cámaras del centro hospitalario registraron la imagen de Edwin marchándose andando.

Su jefe ya no estaba, se había marchado y Edwin se encontraba solo en una ciudad que no conocía. A partir de ese momento empieza a perderse su rastro, pero antes dejó dos pistas. A las once de la mañana aparece en las cámaras de seguridad de una gasolinera a casi 500 metros del hospital. Un poco más lejos, la Guardia Civil encontró su mochila tirada con sus cosas, entre ellas todos sus documentos, su móvil y su ropa.

"Los horarios no me cuadran porque a las 10 de la noche tenía que estar en Valencia para coger el barco que lo llevaría a Palma", dice Milton, pero su hermano nunca llegó al puerto ni cogió ningún barco. "Creemos que pudo sufrir un ataque de ansiedad en Jaén, que perdió la memoria y que ahora no se acuerde de nada". 

Desde Mallorca Milton se ha desplazado hasta Andalucía donde sospecha que Edwin puede seguir desorientado y sin saber a dónde acudir. "En Colombia él tenía miedo a de la policía", explica su hermano, "pero cuando llegó a España yo le expliqué que aquí eran amigos y que se acercara a ellos si se perdía".

Milton ha recorrido decenas de pueblos y ciudades por toda Andalucía llevando su foto y repartiendo fotocopias con su imagen. "He recorrido las mismas calles, he ido a hospitales, Cáritas, iglesias, estaciones de autobuses, pero no he encontrado nada", cuenta Milton, que ahora quiere volver a Andalucía para recorrer los centros psiquiátricos por si hubieran ingresado a su hermano en alguno de ellos.

Desde que empezó la búsqueda solo han recibido dos llamadas con número privado asegurando que habían visto a Edwin. La primera fue en Villacarrillo, la segunda en Beas de Segura, dos pueblos de Jaén a los que Milton viajó desde Mallorca para buscarlo. "La Guardia Civil y la Policía organizaron batidas, pero no encontramos nada", dice su hermano.

"No sabemos que pudo haber pasado", se repite Milton una y otra vez, "mi hermano es una persona tranquila, una persona normal, que se ha buscado siempre la vida como ha podido". Hasta llegar a España, Edwin vivía con su familia en Colombia donde trabajaba desde los 18 años como taxista. "Él era el sustento económico de su familia y ahora les estamos ayudando los hermanos como podemos".

Edwin tiene cuatro hijos y siete hermanos que ahora piden ayuda desde la distancia para encontrarlo. "Sus hijos están destrozados", confiesa Milton, "mi hermano es muy buena persona y eso lo hace más doloroso porque si es un delincuente sabes que le puede pasar cualquier cosa, pero él no se metía con nadie, no tienen antecedentes... es un trozo de pan".

Nadie pierde la esperanza de encontrar a Edwin, pero los días pasan y la distancia hace más difícil la búsqueda. "La familia lo estamos pasando muy mal por la impotencia que sentimos", cuenta Milton, "no sabemos si está vivo o muerto, si tiene frío o calor, si come... y cada día es peor, es algo que le deseamos absolutamente a nadie".

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