El desgarrador homenaje del Granada a Antonio, fallecido en la grada: lágrimas, silencio, camisetas y una gran ovación

Los compañeros de asiento de Antonio Trujillo no pudieron evitar las lágrimas en la reanudación del partido entre el Granada CF y el Athletic Club de Bilbao, suspendido por su muerte, tras 16 años animando al club de sus amores, en la grada del del Estadio Nuevo Los Cármenes haciendo una de las cosas que más le gustaban: ver a su Granada.

El club se volcó en su recuerdo con guiños constantes a Antonio, el abonado N.º 892. Antes del arranque del duelo, el combinado rojiblanco compartió una bonita imagen en sus redes sociales en las que aparecía la camiseta roja del Granada con su nombre, su número de abonado y sobre el asiento que ocupó hasta su último aliento. "Antonio Trujillo Izquierdo. Abonado número 892 del Granada Club de Fútbol. Gracias por tantos años a nuestro lado. Descanse en paz", añadió el club sobre la foto.

La alineación con 12 jugadores lucieron su dorsal. El final del minuto de silencio terminó con otra ovación, un terremoto de aplausos para acompañar la toma de cámara de la silla con una camiseta con su nombre y flores -depositadas por los capitanes de ambos equipos-.

Unai Simón avisó de la tragedia en el minuto 17

La tragedia ocurría en el minuto 17 del partido que enfrentaba este 10 de diciembre al Granada CF y el Athletic en el estadio Nuevo Los Cármenes. Unai Simón, portero del  Athletic fue el que dio la voz de alarma. El equipo andaluz perdía por 0-1 tras temprano gol de Iñaki Williams cuando, en esos instantes, repentinamente en la grada se vivían momentos de gran incertidumbre: un hombre acababa de desvanecerse y los propios aficionados se movilizaban para reclamar ayuda médica e incluso asistirle. Había sufrido un paro cardiaco por el que acabaría perdiendo la vida. Nadie puedo reanimar a Antonio Trujillo, un abonado del Granada que acababa de morir tras sufrir un paro cardiaco.

Antonio llevaba 16 años como abonado de su Granada, el equipo de sus amores, por el que sentía una gran pasión y del que había adoptado su eslogan, ‘Eterna Lucha’, para hacerlo suyo en su batalla contra el cáncer que sufría.

En declaraciones a la Gaceta de Granada, su esposa, Nuria, ha contado que su marido se encontraba en tratamiento y recibiendo quimioterapia, recalcando que no le hubiesen dejado acudir al estadio si en esos momentos hubiesen visto que se encontraba mal. Durante el partido, ha contado Nuria a La Gaceta de Granada, un hijo de la pareja, que además es médico pero que en esos momentos se había marchado a Córdoba, le llamó por teléfono para interesarse por él y preguntarle qué tal iba el encuentro en el Nuevo Los Cármenes. Fue entonces cuando no pudo contactar con él, dando aviso a su madre: ‘Mamá, papá no me coge el teléfono’. La tragedia se había consumado.

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