La iniciativa para que todas las personas sin hogar de Cádiz tengan felicitación de Navidad personalizada: "Es una fecha muy triste para ellos"
La plataforma Calor en la Noche recorre las calles de Cádiz pidiendo a las personas sin hogar que escriban una carta de deseos
La mayoría de las personas piden cosas muy básicas como ropa de abrigo, un saco de dormir o unos tenis
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Para los que viven en la calle hay dos navidades: las que recuerdan y las que les toca vivir cada año. "Es una fecha muy triste para ellos", dice Encarna Orozco, de la plataforma Calor en la Noche, que estos días recorre las calles de Cádiz pidiendo a las personas sin hogar que escriban una carta de deseos.
En ellas apuntan su nombre, su edad y qué les gustaría recibir por Navidad. "Por lo general la mayoría pide cosas muy básicas como ropa de abrigo, un saco de dormir o tenis", cuenta Encarna Orozco, pero también recogen otras peticiones como geles o todo lo necesario para poder afeitarse.
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Para cumplir sus deseos, la asociación busca ahora estrellas en Cádiz, voluntarios que se encarguen de cada carta de deseos. Entre el 15 y el 25 de noviembre, quien quiere participar se puede apuntar a través de Internet. Luego recibirán la carta de una de las personas sin hogar para responderles.
La idea es que cada voluntario les escriba además una felicitación personalizada con su nombre. "Nos suelen decir que nadie se acuerda de ellos y que nadie les felicita", dice Encarna, que con esta iniciativa intenta paliar el sentimiento de soledad que es mayor en estas fechas.
El recuerdo de otras navidades
Aunque viven en la calle, todos recuerdan otras navidades, las que pasaron en familia. "Muchos tienen hijos o nietos", dice Encarna que lleva casi 20 años trabajando con la asociación. De hecho, muchas veces son ellos mismos los que ponen tierra de por medio con su familia "para no ser una carga", explica Encarna.
Gracias a esta iniciativa, bajo las luces aún sin encender de la próxima navidad, en un mes decenas de personas recibirán en Cádiz un regalo envuelto y otro sin envolver: la sensación de que hay alguien que también se acuerda de ellos.