Amenazado por hacer un portal de Belén sin Virgen María y con dos figuras de San José en Sevilla

Desde hace unos días Capi coge desconfiado cada llamada que recibe en su teléfono. También la nuestra. Preguntamos por Capi... "Depende de quién llame", nos dice Antonio Borrero, un belenista profesional de Sevilla que lleva los últimos días siendo acosado por redes y a través de su teléfono. "He tenido incluso que bloquear algún número", nos confiesa.

Todo por un belén que realizó hace tan solo unos días y que estuvo expuesto en un hotel de Sevilla durante el Congreso Internacional de Belenistas. Después de 20 años como profesional del belén, Capi decidió crear un portal diferente y quitó a la Virgen María para sustituirla por un segundo San José que arropaba al niño Jesús. 

"Para mi este belén es un símbolo de inclusión y respeto por todas las personas, sin importar su género, orientación o creencias", dijo Capi cuando decidió compartirlo por Internet. Pero fue subir la fotografía a Internet y su mensaje de amor recibió odio por respuesta en todas sus redes sociales. Le llueven los insultos en el email y no para de recibir amenazas por Whatsapp.

La idea se le ocurrió charlando con su socio Alberto. "Estuvimos hablando en su día la posibilidad de hacer algo más novedoso". Capi sabía que su belén no iba a gustar a todos y por eso quiso dejar clara su intención cuando publicó las fotos. "La elección de crear este belén sin la figura tradicional de la Virgen María no está destinada a ser un acto contra ella ni, por supuesto, contra las mujeres en general", escribió Capi, "más bien, mi objetivo es enfocar la atención en un mensaje de amor y aceptación universal".

No había intención de dañar a nadie, todo lo contrario. Capi quería que por una vez su belén dejara entrar en el portal a los que siempre habían estado fuera... aunque eso significara sacrificar la figura de la Virgen María. "Habría sido igual si pongo a dos vírgenes", dice Capi, que también ha recibido mensajes de ánimo de decenas de personas que le apoyan.

"También ha habido críticas con educación", asegura Capi, algunas incluso de sus amigos y compañeros belenistas. "Hay quien no le ha gustado y me lo ha dicho simplemente". Es lo que esperaba, pero la ola de odio que ha despertado le ha cogido por sorpresa. "No me esperaba esa violencia incluso metiendo a mi familia de por medio", comenta Capi, "y menos tratándose de algo religioso".

No se arrepiente de nada, tampoco se esconde y aunque desconfiado coge cada llamada que recibe en su teléfono para explicarlo tantas veces como sea necesario, que hizo un belén diferente "con una representación que desafía las normas tradicionales para subrayar que el amor no tiene restricciones"... y ha descubierto que el odio tampoco.