37 claveles al mar, el homenaje a las víctimas del primer gran naufragio de una patera en Cádiz hace 20 años
Hansala, una pequeña aldea de Beni Melal en Marruecos, era el lugar de procencia de los 37 jóvenes que perdieron la vida
Hamid Echokhch, superviviente de la tragedia y la persona que dirigía la embarcación fue condenado a 40 años de prisión
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Cada clavel que ha caído al mar esta mañana en Cádiz tiene nombre y apellidos. Son las 37 víctimas del mayor naufragio vivido en la Bahía Cádiz hace ahora justo 20 años. Aquel 25 de octubre de 2003, una patera se hundió sin que nadie pudiera salvaros, y durante días sus cuerpos fueron devueltos por el mar en diferentes playas de Cádiz.
El mal estado de la mar, el tiempo, las condiciones de la embarcación o el elevado número de personas que viajaban a bordo de ella. Las causas fueron muchas y no todas viajaban en la patera. "España no tenía protocolos de actuación, ni medios ni estaba establecida una coordinación en el rescate pese a que este tipo de sucesos llevaban muchos años produciéndose", denuncian desde la Asociación Proderechos Humanos de Andalucía.
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Aquí desembarcó el dolor, pero la verdadera tragedia se vivió en Hansala, una pequeña aldea de Beni Melal en Marruecos de donde procedían los 37 jóvenes que perdieron la vida. La conmoción en España dio paso a la solidaridad y se colaboró con la localidad marroquí para desarrollar algunos programas de ayuda y hasta construir un consultorio.
Pero el naufragio tuvo también otras consecuencias diferentes. "Se desvió la ruta hacia las Islas Canarias porque las respuestas fueron en su momento aumentar el sistema integrado de vigilancia exterior o seguir reforzando los acuerdos para el control migratorio con Marruecos", explican desde APDH.
Mientras tanto, toda la culpa se ha centrado en Hamid Echokhch, superviviente de la tragedia y la persona que dirigía la embarcación. Tras la investigación, Hamid fue condenado a 40 años de prisión por un delito contra los derechos de los extranjeros y el homicidio por imprudencia grave de 37 personas.
Ahora que se han cumplido 20 años, la APDHA, la red de acogida de El Puerto de Santa María y la parroquia San José Obrero se han reunido en la playa para recordar a los fallecidos con la lectura de un manifiesto y un minuto de silencio. Además han descubierto un monolito homenaje a las víctimas y han arrojado 37 claveles al mar para las 37 vidas que se perdieron.