Desde el lunes ya no llueve en Cuartillos, pero la borrasca Bernard sigue muy presente. Los mil habitantes de esta pedanía de Jerez de la Frontera continúan sufriendo sus consecuencias. "Seguimos sin luz ni agua, nos sentimos aislados", dice una vecina a Informativos Telecinco desesperada después de casi 48 horas ya sin que nada haya cambiado.
La borrasca pasó por Cuartillos el domingo a las cinco en punto de la tarde. "Llevaba todo el día lluvioso", cuentan los vecinos, "y de repente vino un viento tremendo". Las fuertes ráfagas se llevaron árboles, vallas y techados, como en muchas otras localidades, pero aquí además también se llevó la luz.
Sin electricidad desde el paso de la borrasca, los vecinos tampoco tienen agua. "Nuestra pedanía se abastece de un motor que lleva el agua a las casas", explica una vecina de Cuartillos. Desde el domingo no hay motor y del grifo no salen nada más que problemas. No hay agua para ducharse, ni para el inodoro, tampoco para cocinar ni para limpiar.
Sin luz ni agua, los tres bares del pueblo no abren. El único local que ha abierto esta semana es una pequeña tienda de alimentación donde ya no queda nada. "Ahora vamos a comprar al pueblo de al lado, Estella", dice una mujer de la pedanía que como el resto de vecinos ha perdido toda la comida que tenía en la nevera.
El colegio ha abiertos sus puertas, pero pocos padres llevan a sus hijos. "Está penoso, se han caído árboles y valles", dice una madre. Aunque el verdadero problema una vez más es la electricidad. Sin luz, no hay ordenadores, y sin agua, no hay baños, así que la mayoría de las familias han preferido que los niños se queden en casa.
Mientras solo les queda quejarse. Cargan sus móviles en los coches y con la poca cobertura que ha quedado en la zona, mandan mensajes pidiendo ayuda. "Nos sentimos frustrados y solos", dicen los vecinos que esperan desesperados que vuelva la luz y así por fin se marche la tormenta.