Las lágrimas de Marina en su primer día con la banda de música de su pueblo en Sevilla: "Fue mágico"

Marina llevaba tres días casi sin dormir. Con solo nueve años estaba a punto de convertirse en la nueva integrante de la Banda de Música de Santa María del Viso del Alcor, en la provincia Sevilla. La misma agrupación que preside su padre, la misma en la que tocaba su tía fallecida.... la misma con la que llevaba soñando tocar toda su vida.

La banda es para Marina como su segunda familia. Aquí tocó su bisabuelo hace años y aquí sigue tocando su abuelo, el integrante que más tiempo lleva en la agrupación, desde 1969. Con su padre y con ella ya son cuatro generaciones de la misma familia y eso había que celebrarlo.

Cuando llegó el día del estreno, Marina salió a la puerta de su casa con la misma caja que tocó su padre cuando entró en la banda en 1992, llevando el mismo correaje y hasta los mismos parches; en su uniforme vestía las hombreras de gala de su tía Inma que fue solista, y a su lado estaba su abuela, que desde que su tía murió no había querido salir fuera.

Mientras Marina esperaba los minutos más largos de su corta vida, a la vuelta de la esquina de su calle, la banda estaba preparándose para darle una sorpresa. Ella sabía que pasaría a recogerla, lo que no sabía es cómo lo harían. Y lo hicieron desfilando y tocando "Feliz amanecer", uno de los pasacalles tradicionales de la localidad. 

Emocionada, Marina fue incapaz de contener sus lágrimas al ver llegar a los miembros de su nueva familia musical. Esa para la que llevaba preparándose desde que tenía seis años cuando entró en el Aula de música y movimiento, o quizás antes, cuando le pedía a su padre ir a los ensayos y le decía que quería tocar la caja como él.

Un pasacalles para recordar

Cuando los músicos se colocaron frente a su casa y los instrumentos dejaron de sonar, el director de la banda le hizo entrega de un diploma de reconocimiento con su nombre y la fecha de un día que no olvidará. Luego, Marina buscó su hueco entre sus nuevos compañeros y empezó a tocar la caja durante un pasacalles de casi 20 minutos para la inauguración de un monumento la patrona de su pueblo.

Entre músicos mucho mayores que ella, sus nueve años la convierten en la componente más joven de la banda que tocó junto a su padre. "Sin quererlo se juntaron muchas emociones", dice su padre Antonio Martín, el padre de Marina, "fue mágico, un día muy bonito". El día en el que Marina entró a una banda llamada familia.

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