Hace ahora casi 20 años, en un mes de octubre, un palista se topó por casualidad con unas piedras de colores pegadas en la tierra formando un mosaico. Estaba trabajando con su excavadora en la construcción de una depuradora de aguas residuales en Salar (Granada). Conocedor o no de la historia que contaban algunos vecinos del pueblo de que allí había habido un asentamiento romano importante, dejó de excavar y avisó a los responsables para que lo comunicaran al Ayuntamiento.
Y menos mal que lo hicieron. Porque sin saberlo, este obrero había descubierto una de las villas romanas más importantes de Europa, que nada tiene que envidiarle a otras muchas que se han convertido en un reclamo turístico para algunas provincias que formaban la antigua Hispania.
En 2006 comenzaron las primeras catas arqueológicas para comprobar qué era realmente lo que se había encontrado en ese terreno abandonado desde hacía años. Sin embargo, no fue hasta cuatro años después cuando un equipo de arqueólogos voluntarios, encabezado por el profesor de la Universidad de Granada, Julio Román, empezó a descubrir la verdadera historia de este lugar tan desconocido.
Comenzaron por lo que hoy llaman la 'Cubierta 1', es decir, el lugar donde la excavadora encontró el mosaico que dio lugar a estas investigaciones. Allí fueron encontrando un verdadero tesoro. "Estaba todo tan bien conservado que nos parecía un sueño hecho realidad", explica Julio a Niusdiario.es.
Poco a poco fueron dándole forma a este primer espacio, que se trataría del Triclinio o comedor de la casa, y donde llama la atención el mosaico polícromo de motivos vegetales y geométricos, que fue el más dañado por los trabajos de construcción de la depuradora, pero que no ha perdido su espectacularidad.
"Esta cubierta es la que más avanzada está. Ya casi no nos queda nada por descubrir. De hecho, aquí fue donde encontramos las dos primeras estatuas. Eran unas ninfas de medio metro de altura en perfecto estado que decoraban una fuente-manantial por donde pasaba continuamente el agua y que refrescaba el ambiente del comedor", cuenta el arqueólogo principal.
También descubren aquí un pasillo cuyo suelo está decorado por unos murales con motivos acuáticos donde destaca la figura de una mujer, una nereida, que monta sobre un monstruo marino. Y no se queda solo ahí. La vivienda continúa hasta la 'Cubierta 2' donde un mosaico con escenas de caza sorprende a los más de 10.000 visitantes que tiene cada año la villa.
Porque, aunque los expertos siguen trabajando sobre el terreno, la villa se ha abierto al público para que puedan ver los avances en las excavaciones y se deleiten con los hallazgos. Sin embargo, Julio considera que está poco explotado de cara al turismo, teniendo en cuenta que representa un importante testimonio material sobre la evolución histórica del municipio.
"En muchas ocasiones la espectacularidad de la Alhambra empaña lo impresionante que son otros monumentos, iglesias, yacimientos arqueológicos, entre otras maravillas que tiene la provincia de Granada, pero que los turistas casi no conocen porque 'sólo' les han hablado de la Alhambra", lamenta este profesor de Universidad para quien la villa romana de salar constituye "uno de los máximos exponentes para el estudio de la arquitectura doméstica de ámbito rural hispano".
No se sabe quién fue el dueño de esta villa. Quién se trasladó al campo y construyó esta casa dividida en lo que parecen ser tres viviendas independientes que constituirían la pars urbana, es decir, la lujosa vivienda de sus propietarios. Aunque sí que se sospecha que pudo ser alguien con un cargo importante en el imperio hispano.
"En una columna hemos encontrado unas iniciales y creemos que puede tratarse de la poderosa familia Valeria Vegetti, aunque son sólo suposiciones porque nos queda mucho por descubrir de esta residencia romana que se construyó entre los siglos I y V", indica.
Y todo ello, a pesar de que Julio asegura que se ha descubierto sólo un 15 por cierto de lo que sería la magnitud de esta villa, ya que falta por encontrar la pars agrícola, dedicada al ganado y a los trabajos de agricultura, y la parcela dedicada a la servidumbre. "Puede que el río que corta el terreno haya acabado con todo lo demás, pero no dejaremos de buscarlo", subraya este profesor de la UGR.
Lo que está claro es que más de 10 años después de que comenzaran las campañas arqueológicas las tres cubiertas donde se han encontrado restos siguen deparando sorpresas. Ahora, están centrados en la 'Cubierta 3', "donde creemos que se trasladó el domus de la vivienda principal de la Cubierta 1', aunque desconocemos los motivos". Se trataría de una vivienda aristocrática más modesta, lo que indica que aquí vivieron entre mediados del siglo V y mediados del siglo VI "tras abrazar el cristianismo y huir de los lujos".
"Las campañas arqueológicas duran solo el mes de agosto, por eso los trabajos parece que no avanzan. Sin embargo, durante todo el año trabajamos en la reconstrucción y documentación de las piezas de valor que encontramos, que también es un trabajo importante", apunta este arqueólogo, que recuerda, además, que se ha solicitado subvención para construir un centro de interpretación de la Villa que aúne las tres cubiertas actuales y donde se puedan organizar talleres o conferencias.
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó en mayo de 2021 inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural con la tipología de Zona Arqueológica, la Villa Romana de Salar, en el Poniente de Granada, una de las más importantes y singulares villas romanas documentadas, y las venus allí aparecidas.