Los que son padres de niños pequeños sabrán de la moda, desde hace algunos años, que se ha popularizado en las escuelas infantiles: compartir un fin de semana en familia con la mascota de la clase, un muñeco al que cuidan entre todos, a lo largo del curso. Una experiencia que los pequeños esperan emocionados y los padres, estresados por la responsabilidad de custodiar el juguete.
La peor pesadilla de muchos es perderlo. Y es lo que le ha pasado a una familia de Granada que ha empapelado el barrio con carteles por si alguien sabe algo del mono Tico, la mascota de la clase de su pequeño de 2 años. “Es el más pequeño del grupo y, como premio por dejar de usar pañal, lo teníamos en casa durante un mes”, explica a NIUS su madre, Virginia.
El peluche desapareció a mediados de julio en el trayecto comprendido entre la calle Paseo Jardín de la Reina, puente del río, cruce Arabial hasta Parque del Genil. “Está desconsolado y triste”, explicaba su madre en el más de medio centenar de carteles con la foto del muñeco que ha repartido por la zona. “Estamos de llanto inconsolable desde anoche y no lo encontramos”, rezaba la nota que, más de un mes después, no ha dado resultado.
“Para ellos, Tico es como Dios. Imagínate perderlo en el tiempo que nos correspondía. Un horror”, se lamenta Virginia que reconoce que han pasado una “mala racha” a causa de la pérdida. “Y no solo el mío, son otros veinte niños”, recuerda.
Sin noticias del mono, en la escuela han tenido que buscar a un sustituto para que los pequeños no estén tan tristes. Aunque, todos, especialmente el hijo de Virginia, siguen esperando que Tico, el de siempre, vuelva a clase con ellos.