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Pequeña 'guerra' entre el Ayuntamiento de Málaga y una asociación que estaba prestando ayuda al antiguo zoosanitario de la ciudad, actual Centro de Protección Animal Municipal (CEPAM).
Los voluntarios ya no pueden colaborar con la perrera después de que el consistorio, a través de su área de Medio Ambiente, haya decidido prohibirles el acceso al recinto.
Sucedió hace unos días, tal y como informaron en un comunicado en redes sociales. Incluso se abrió una petición en Change.org para que Perros de Málaga, nombre del grupo, vuelva a realizar su labor.
De manera altruista, se dedican a "ir a pasear a los perros", que socialicen al mismo tiempo, "darles cariño" y "difusión para que tengan más posibilidad de buscar un hogar".
Pero, a raíz de un episodio concreto del pasado 10 de agosto, les han ordenado cesar esas tareas, de forma temporal, porque una voluntaria se saltó el protocolo establecido.
"Se encontró a un cachorro, Coco, agonizando y siendo atacado por otros perros, por lo que lo llevó corriendo a un veterinario para intentar salvarlo", asegura el que ha lanzado la solicitud en la plataforma.
Una firmante entiende que "fue un error no hacer el papeleo" antes para poder sacar del CEPAM al animal, pero considera que era un caso "extremo". Lo primero era la asistencia a Coco.
Protectora de Málaga asegura que "el cese del voluntariado es una represalia de querer ayudar a un pobre pequeñin al que estaban dejando morir". Añaden que sienten "impotencia e indignación".
También han compartido imágenes donde se ven varios de los canes que hay en el centro: "Lo único que pretenden es ocultar sus vergüenzas y las deplorables condiciones en las que están los animales".
Denuncian el "hacinamiento" que sufren, que algunos tienen "las horas contadas" incluso con "patas rotas" sin recibir ayuda, "sin atención ni cuidados". Al final terminan sacrificándolos.
Por parte de la propia asociación Perros de Málaga, comentan que pidieron en redes "ayuda para cubrir los gastos veterinarios" de Coco, ya que realizan una "labor social a coste cero".
Asumen el error de la compañera, al no rellenar primero los documentos para llevarse al can, pero no la culpan por lo ocurrido. "Nos ponen piedras en el camino, nos cierran puertas", critican.
Desde el ayuntamiento, en cambio, han apuntado al diario La Opinión de Málaga que la actuación de la voluntaria "no está justificada" porque conocía el procedimiento habitual, "que es rápido y sencillo".
Acerca del supuesto mal estado en el que viven los perros en el centro malagueño, variedad de usuarios han opinado lo mismo en sus valoraciones en Google Maps.
Aunque otros, unos pocos, desmienten esa versión. "En ningún momento he visto carencias de higiene ni hacinamiento de ningún tipo", reconoce Víctor, mientras que Juan José apunta que lo vio todo "en buenas condiciones".
Un responsable del CEPAM comentaba hace una semana en una de esas reseñas precisamente que "siempre habrá aspectos que mejorar" y que los que parecen "los buenos" les acusan como "los malos".