Un individuo de 44 años y con un amplio historial delictivo fue detenido en Málaga el sábado 29 de julio, según ha informado la Policía Local en un comunicado este martes.
Se trataba de un peligroso delincuente que estaba buscado por un asesinato, desde el 21 de julio, por lo que en la orden de arresto se pedía que los agentes extremasen las medidas de seguridad.
Así tuvieron que hacerlo los municipales actuantes, cuando recibieron el aviso de un ciudadano a las 16:30 horas en la Avenida Gregorio Diego de la capital.
Alertó a una unidad que patrullaba en moto, a la altura de la calle Viña del Mar, de que había visto a un hombre en la puerta de un local portando en su cintura lo que parecía ser una pistola.
Estaba muy nervioso, pero pudo dar la descripción física y vestimenta del varón, que además sangraba por la nariz. Los policías pensaron que podría llevar a cabo un atraco.
Inmediatamente acudieron al lugar indicado por el testigo. Encontraron al individuo sentado en una silla, a las puertas del establecimiento, en actitud vigilante, mirando a un lado y a otro.
De forma rápida y sorpresiva, lograron echarse sobre él para inmovilizarlo contra la pared. Opuso fuerte resistencia e incluso intento de coger su arma corta, que efectivamente llevaba.
Nada más ser detenido amenazó de muerte al propietario del comercio. Otra patrulla acudió para ayudar en el arresto. Durante el cacheo, vieron que también tenía un cuchillo encima.
Con él había intentado matar a un vecino de 38 años, que se prestó a asistirle al verle sangrar. En ese momento, el hombre comenzó a golpearle con los puños cerrados y sin mediar palabra.
Le atacó en varias zonas del cuerpo hasta sacar esa arma blanca para tratar de clavársela en el cuello. La víctima logró esquivar el ataque. Los agentes comprobaron que presentaba signos de tal agresión.
También durante el traslado a dependencias policiales, el arrestado no paró de acometer contra los policías, a quienes escupía e intentaba dar cabezazos y patadas.
Además de insultarlos y amenazarlos gravemente de forma continua. Hasta llegó a autolesionarse contra la mampara del vehículo policial. Tuvo que ir a un centro de salud.
En cuanto a la pistola que llevaba, era una de nueve milímetros. Estaba preparada para su uso inmediato, ya que tenía el seguro desactivado y contaba con munición en su cargador.
Con el número de serie manipulado, a esa arma se le sumaba el cuchillo, con hoja de nueve centímetros y longitud total de 21. El agresor tenía guantes negros y gorra.
Ya pasó a disposición judicial acusado de varios presuntos delitos: homicidio en grado de tentativa, tenencia ilícita de armas, amenazas de muerte a particular, desobediencia, amenazas, resistencia y atentado a agentes.