Vecinos de la localidad de Ronda (Málaga) pudieron ‘viajar’ al pasado la semana pasada gracias a las 400 imágenes de hasta 100 años que se expusieron en la plaza de toros. En ellas aparecían algunos de sus familiares.
Pero también espacios y edificios que reflejaban cómo era la vida en el pueblo por entonces. Con códigos QR se podía profundizar en las historias que hay detrás de cada imagen. Además, una proyección audiovisual ofrecía miles de fotografías en una experiencia única.
“El objetivo es dar voz a nuestros fondos fotográficos y a otros que hay para crear un álbum local, de forma que podamos identificar a generaciones de ciudadanos, oficios, actividades…”, explica el director de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, Ignacio Herrera.
Por el municipio malagueño han pasado y se han quedado variedad de familias que procedían de otras provincias como Sevilla o Cádiz. E incluso se llegaron a asentar “cuatro o cinco generaciones de británicos”.
Las estampas de aquellas épocas lejanas se fueron recopilando a lo largo de cuatro meses, con ayuda de seis coleccionistas privados. En ellas se incluyen hasta 300 retratos de mujeres de los años 40. ‘DocumentaRonda’ no quedará solo en esta exposición.
Porque la idea es que vaya evolucionando y creciendo “gracias a las redes sociales” para mantener el archivo fotográfico de aquí en adelante. Catálogos de lanzamiento bienal plasmarán también las incorporaciones que vaya teniendo el fondo.
“Ha sido muy bonito, emocionante. Cuando ya no están con nosotros, da mucha alegría este tipo de manifestaciones de su vida, de a lo que se dedicaron y de las cosas que hicieron en el pasado”, cuenta la nieta de una mujer que aparece en las fotografías expuestas.
“He visto a mi abuela, verla ahí ha sido como si revivieran de alguna forma los sentimientos y los recuerdos. Además, teníamos un vínculo muy fuerte, estábamos muy unidas”, ha expresado agradecida de que se haya llevado a cabo este proyecto.
Relata que su abuela era “la mayor de siete hermanos” y vivía “del campo” como mucha otra gente del pueblo en aquella época. Se ocupaba de las tareas del hogar, aunque en su familia también elaboraban pan.
Otro vecino cree que esta iniciativa “es como un reconocimiento o un homenaje” a aquellas personas que tuvieron que vivir en unos “complicados” tiempos, por ejemplo, en plena Guerra Civil española, al poco de nacer.
“He reconocido a mi abuela, mi hermana, mi prima, algunos amigos…”, dice otra rondeña, que igualmente ha vivido con emoción la experiencia al ver a familiares suyos de épocas como los años 20 o 30.
Una última nos admite que había acudido a la exposición “sin saber” si iba a encontrarse con algún conocido de su árbol genealógico. “He visto a mi padre y mi abuelo, ha sido un recuerdo muy bonito”, ha calificado.