La orla de fin de curso de un centro canino de Jerez de la Frontera: "Ha habido aprobado general"
Durante la fiesta de graduación se les hará entrega de un diploma personalizado y sus notas
Los perros han acudido a diario a clases de socialización, relajación o doga, yoga para perros
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Uno a uno, cuarenta perros, corbata incluida, van posando ante la cámara. "No hay nada que una salchicha no consiga", dice Mercedes Díaz. Así se retrata para su orla la promoción de este año de la escuela Coleguau de Jerez de la Frontera, en Cádiz, un centro en el que no se estudia, pero se aprende la EGC, Educación General Canina.
"La idea es educar a los perros desde un punto de vista divertido y en positivo, pero siempre centrados en la educación", explica Mercedes, una de las encargadas del centro, donde los alumnos se reparten en varios cursos. "Hay desde Primero hasta Tercero de EGC", cuenta a NIUS, a lo que hay que añadir Parvulines, donde están los más nuevos.
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Desde septiembre, todos los perros acuden al centro semanalmente. "Cada día tienen una actividad principal". Entre ellas está la clase de relajación, la de doga (yoga para perros) o socialización. "Aquí les enseñamos por ejemplo a pasear en grupo sin que tiren de la correa", cuenta a NIUS. Además de la actividad principal, hay cinco clases diarias.
Carmen es una de las cuatro profesoras del centro. Ella da adiestramiento básico y avanzado. Uno de los ejercicios que realiza es el denominado antiveneno. "La actividad consiste en una ruta de comida, paseamos con ellos y no pueden comerse nada hasta que le demos permiso", explica Carmen. Lo hacen para evitar que coman todo lo que ven en el suelo y que así no corran el riesgo de resultar envenenados.
"Los perros no están mucho tiempo atentos", explica Mercedes, así que las clases no duran más de 15 minutos y entre una y otra siempre hay un recreo que los perros pueden aprovechar para ir a una zona de descanso llena de camas para ellos. Además, el centro también cuenta con zona de comedor.
Esta semana el curso llega a su fin y el viernes celebrarán una gran fiesta de graduación con todos los estudiantes. "Habrá cócteles y chuches para ellos", dice Mercedes, "y un refrigerio y música para sus papis". Todo está preparado, hasta los birretes que llevarán ese día y que han pasado semanas buscándolos. "No es fácil encontrarlos tan pequeños".
Ya solo queda saber las notas, que las hay, pero el claustro de profesores, compuesto por Carmen, Miguel, Manuel y Eu, ya han decidido que todos pasarán de curso. "Ha habido aprobado general, son muy buenos", dice Mercedes, "nadie irá a septiembre". Así que, junto a la orla y las notas, los cuarenta perros de este centro se llevarán esta semana bajo la pata también su diploma.