Francisca, José Antonio y su hijo Enrique no están solos. Hace una semana que el fuego arrasó su vivienda en Atarfe. Se quedaron sin nada. Toda su ropa, sus recuerdos, los muebles, incluso el poco dinero de la pensión que Francisca sacó del banco hacía unos días se convirtieron en cenizas en cuestión de segundos. Una casa que intentan reconstruir gracias a la iniciativa de un vecino que ha creado una campaña de crowdfunding para recaudar dinero que les pueda ayudar.

El pasado 29 de junio, esta vecina del municipio granadino de Atarfe estaba limpiando el salón de su casa con la aspiradora cuando comenzó a oler "a humo y a quemado". No sabía de dónde procedía el olor, así que decidió desenchufar el electrodoméstico con tan mala suerte que provocó un cortocircuito que inició un fuego a través del cableado interior de la vivienda.

En un momento dado, escucharon una explosión en el cuadro eléctrico y vieron cómo las llamas empezaban a quemar paredes, muebles y los enseres de costura -telas, hilos y máquina de coser- que Francisca tenía en la pequeña habitación donde se originó el fuego. Eran las 10.00 horas de la mañana.

José Antonio se encontraba en la cama y, al escuchar los gritos de auxilio de su mujer, bajó corriendo las escaleras y juntos salieron de la vivienda. "Salió descalzo, porque no le dio tiempo ni a ponerse las zapatillas", recuerda a NIUS Enrique, el hijo de este matrimonio.

Desde la calle, vieron con una pena inmensa cómo el hogar que habían construido con mucho esfuerzo durante años era pasto de las llamas. Sin móviles, sin dinero y ataviados solo con los pijamas, sus vecinos y amigos fueron los que dieron el aviso a los bomberos, que acabaron sofocando el fuego, aunque no lograron que los 250 metros cuadrados en los que se había asentado esta familia quedaran devastados.

"Lo único que se ha salvado es la cocina, pero no podemos entrar hasta que no nos aseguren que no hay riesgo de derrumbe, y una peluquería que montó uno de mis hermanos en una parte del terreno que, al tener una puerta ignífuga, también se ha salvado", explica Enrique, que lamenta haber estado trabajando cuando comenzó el fuego y no haber podido ayudar más a sus padres.

Pero la solidaridad de todo su pueblo ha conseguido levantarles el ánimo y que no se queden viviendo en la calle. Su hijo mayor ha adaptado la casa en la que vive con su mujer y sus hijos para que sus padres se sientan cómodos y tengan un colchón donde dormir. Sus vecinos se afanan por sacar de la vivienda quemada todo lo que pueda tener aun alguna utilidad y por limpiar el hollín que ha dejado el fuego. Y las mujeres del pueblo les están preparando comida hasta que ellos puedan volver a rehacer su vida.

Enrique reconoce que ya solo queda que los profesionales "hagan su trabajo". Es decir, que arreglen todo el cableado eléctrico y las paredes y muros que se hayan visto afectados por el fuego. "Algo que cuesta un dinero que no tienen". Por eso, han creado una campaña de crowdfunding para recaudar dinero que invertir en poder volver a su vivienda, aunque "con la pena de haber perdido las fotos y recuerdos de toda una vida".