Ante el problema de los plásticos que contaminan el planeta, incluidos los mares, en la localidad de San Pedro Alcántara (Málaga) quieren concienciar a los vecinos y turistas. Les animan al reciclaje de estos residuos a través de un contenedor muy curioso.
Tiene forma de pez gigante, "un elemento muy llamativo que hará que, incluso personas que normalmente ignoran las papeleras, disfruten alimentándolo con los plásticos para evitar que acaben en la naturaleza".
Así ha explicado su utilidad el presidente del Rotary Club Marbella-Guadalmina, Willem Falter, con quien ha colaborado el ayuntamiento del municipio para colocar esta escultura. Está ya en el paseo marítimo, a la vista de los caminantes.
La figura tiene un doble objetivo. Por un lado, ayudar a que la basura plástica que suele ir al recipiente amarillo se deposite ahí y no se arroje al suelo o a la playa. Y, por otro, ejemplificar una realidad: cómo se ven los peces u otras especies marinas que ingieren microplásticos.
Esta iniciativa de carácter práctico "va a permitir a los ciudadanos" reciclar en una papelera que "recogerán los servicios de limpieza periódicamente", ha señalado el teniente de alcalde sampedreño, Javier García, al respecto.
Además, junto al pez aparece "un panel informativo que contribuye a la concienciación medioambiental" en el sentido ya explicado. Resulta que el club es embajador mundial del proyecto EndPlasticSoup, puesto en marcha con el foco mirando a 2050.
Año en el que se pretende que se haya combatido el problema del impacto que tienen los residuos plásticos en mares y océanos, así como otros espacios verdes. "Es primordial que las administraciones lo asuman como un reto propio también”, ha recalcado García.
Según los últimos estudios de institutos y centros de investigación de los que se hacen eco en EndPlasticSoup, destacan conclusiones como que el 50 % de todo el plástico está diseñado para usarse solo una vez.
O que solo el 0,5 % del plástico del océano flota en la superficie, el resto se queda más profundamente en el agua. Algo que aumenta el riesgo de ser ingerido por los animales que ahí viven y que, incluso, después los humanos consumimos.