Esta es la historia de Ansou, un joven de 19 años de Senegal, y una pareja de Sevilla, Manolo y Ascen, que a casi 4.000 kilómetros de distancia de su casa se han convertido en su familia. Con apenas 15 años, el joven dejó su país embarcarse en la aventura más arriesgada de su vida. Encontrar un futuro mejor al otro lado del Estrecho.
Durante meses estuvo escondido en Marruecos, pasando hambre, frío y miedo, a la espera de una oportunidad para cruzar en patera. “Es muy duro para un niño dejarlo todo y hacer esto”, reconoce a NIUS. Pero tuvo suerte y, a pesar de poner en juego su vida, consiguió llegar a la costa española.
De eso hace ahora cuatro años. Ansou, como muchos menores que llegan a España en situación irregular, estuvo en un centro de acogida hasta cumplir la mayoría de edad. Era hora entonces de buscar un trabajo y Manolo y Ascen le dieron la oportunidad. Esta pareja gestiona un hotel en Los Palacios y Villafranca (Sevilla). Ansou empezó haciendo prácticas y terminó contratado como camarero.
Pero la relación con sus jefes va más allá porque el joven, que ahora tiene 19 años, vive allí mismo, compartiendo apartamento con ellos. Para él, ya son familia. “Me apoyan, me animan y me cuidan. Son como unos padres”, reconoce, y el cariño es mutuo.
El joven llegó al NOVO Apartahotel & Restaurante sin saber apenas español, hacer un café o llevar una bandeja. “Era un niño con muchos miedos e inseguridades”, reconoce Ascen, que no puede evitar mirarlo como a su propio hijo, de la misma edad. “Al final, siempre nos sale ese instinto de protegerlo”, explica. Les propusieron que el joven hiciera prácticas en su negocio y no lo dudaron. “Empezó solo unas horas y cada vez quería estar más tiempo”. Así que terminó trabajando y viviendo con ellos.
Eso sí, cuando hay que sacar el papel de jefa, a Ascen no le tiembla el pulso. “En el bar, la relación es totalmente laboral. Soy muy pesada con él porque quiero que aprenda por si el día de mañana quiere irse a otro sitio o montar su propio negocio”, señala. Está convencida de que conseguirá lo que se proponga: “Es trabajador, cariñoso, de confianza. Es una persona especial”, asegura.
El pasado mes de mayo, los tres viajaron a Senegal para conocer a la familia de Ansou. Allí viven su madre y sus hermanos. “Fue muy emocionante. Tenía muchas ganas de conocer a su madre y abrazarla. Ella está muy agradecida con nosotros”, explica Ascen que quedó impresionada por las condiciones en las que viven allí. “Es cuando entiendes la necesidad que tienen de venirse”, lamenta.
Ansou, Manolo y Ascen han formado sin quererlo una familia. “Hemos encontrado algo muy bonito sin esperarlo”, reconoce ella. “La gente nos dice que qué suerte ha tenido de encontrarnos y yo les digo que se equivocan: la suerte ha sido nuestra”, afirma, sin ninguna duda.