El fuego cogió por sorpresa a Carolina junto a su bebé de poco más de un mes. "Estábamos medio dormidos", dice la madre, cuando de repente se dio cuenta de que el cuadro de luces estaba ardiendo. En ese momento cogió a su hijo y salió de su casa de madera en el barrio de los Cuartillos, en Jerez de la Frontera. "En dos minutos todo había ardido".
Esos dos minutos le sirvieron para salvar sus vidas, pero nada más. Las llamas consumieron la casa que acababa de comprar hacía algo más de dos años... Y dentro desapareció todo lo que llevaba meses preparando para la llegada de Liam. "Teníamos la cuna, el cambiador, la bañera, el capazo, la ropa...", dice Carolina, "el fuego lo quemó todo".
Tocaba empezar de cero, pero lo que Carolina y su pareja, Samuel, no se esperaban es que su barrio entero se volcara para conseguirlo en tiempo récord. "Aún estamos en estado de shock por todo", confiesa a NIUS. En menos de una semana, solo entre amigos y vecinos, le han ofrecido ya casi de todo.
"Algunos días en la puerta de casa había cuarenta personas con bolsas de ropa y comida", dice Carolina. Le han ofrecido cerca de 20 cunas. Lo mismo que cambiadores, carros y bañeras. Hasta la tienda donde compró un portabebés, que también se ha quemado, le ha dado otro nuevo.
Le han ofrecido menaje y muebles. No solo particulares, también empresas como la tienda que les vendió el sofá de su casa y que aún estaban pagando. Al enterarse del incendio se lo han repuesto. Un negocio de camas les ha enviado colchones, otro les ofrece pintura para cuando tengan que pintar su casa.
Tiendas de ropa, de lencería, de bebé... allí donde llega la noticia, nace la solidaridad con la familia de Carolina. Y cada vez llega más lejos. "Me han llamado de la Base de Rota, de Palma de Mallorca, de Málaga o de Barcelona", nos cuenta. Lo último ha sido una "Caracolá" organizada por sus vecinos y en la que han participado numerosos artistas para recaudar dinero.
Todo el mundo ayuda con lo que puede. "Mi padre es conserje en un colegio y una niña de seis años le dio el otro día un euro en monedas para mi", confiesa emocionada por el gesto Carolina, "hay cosas que no son materiales, pero también ayudan como los besos y los abrazos de los vecinos".
Sorprendida por la ola de solidaridad, Carolina no deja de agradecer cada detalle. "No se cuentas veces habré dicho ya gracias", confiesa a NIUS, y por muchas que sean les siguen pareciendo pocas. Ahora, sin embargo, se enfrenta a otro problema. Tienen las cosas, pero falta la casa.
"Nos cuesta mirar la casa y ver que no hay nada", nos cuenta. Ahora deben plantearse si se puede reconstruir o tendrán que buscar una nueva. De momento, Carolina y su familia viven con su madre y están centrados en Liam. "Este mes ha empezado a sonreír", dice, "y eso nos da fuerzas para seguir".