Eva Hernández no cree en los cuerpos de franquicia, cree en las mujeres reales que entran por la puerta de su tienda. Por eso cuando se propuso promocionar su negocio de lencería no buscó modelos, buscó clientas, se lo pidió a su sobrina y hasta se lo dijo a su madre. Tres cuerpos reales para una campaña real que triunfa en Almería.
"Podía haber usado alguno de los muchos vídeos que me mandaban las marcas de ropa con modelos fantásticas posando en el Caribe", explica Eva, "pero yo no me sentía identificada con ellas... y mis clientas tampoco". Así que se puso manos a la obra para hacer su propio vídeo de promoción.
Quería cuerpos naturales y por eso decidió proponérselo a sus propias clientas, pero la mayoría no se atrevían a ponerse delante de la cámara. "Aun así yo no estaba dispuesta a tirar la toalla", dice Eva. Al final convenció a Ana, que se probó sin complejos algunos de los bañadores de tallas más grandes que la tienda ofrece para la nueva temporada.
Tampoco fue fácil convencer a su madre, Charo. A sus 74 años no se veía como modelo. "Me decía que dónde iba ella a posar tan vieja", recuerda Eva. Ahora que la campaña es un éxito en Internet está contenta de haber participado. "La gente le dice que está estupenda y, claro, tiene el ego por las nubes", cuenta su hija.
Precisamente fue su madre quien fundó hace casi 40 años la tienda de lencería que lleva su nombre en pleno centro de Almería. En 2015 Charo se jubiló y le traspasó el negocio a su hija. Desde entonces Eva se ha dedicado a aquellas mujeres que no encuentran su talla por ninguna parte.
Poco a poco fue buscando entre las distintas casas de ropa las que tenían más tallas de bikinis, bañadores y sobre todo corsetería, su especialidad. "Cuando las franquicias vendían sujetadores copa B y C, yo ya vendía la F", cuenta a NIUS. Ahora que casi todos venden la F, en su tienda ya se puede comprar la copa K.
"Me tomo como un reto encontrar la talla que necesita cada clienta", dice Eva. Y no es tarea fácil. Asegura que en España cuesta dar con marcas que elaboren tallas grandes, especialmente en lencería y bañadores. "La mayoría proceden de fabricantes de Alemania y Bélgica", cuenta a NIUS.
Las tallas grandes no solo son más difíciles de encontrar, "también son más caras", dice Eva. Aun así, cada venta que hace de una prenda de talla grande es una satisfacción para ella. "Yo se por experiencia lo que es no encontrar tu talla", confiesa a NIUS, "no todas somos 90-60-90".