La comunión de Raúl en Chipiona, en tractor a la iglesia: "Es su pasión"

Como todos los niños, Raúl vestía de gala el día de su comunión. Se puso su traje blanco impoluto y se calzó zapatos nuevos. Después de una noche de nervios, se peinó con precisión milimétrica y solo cuando todo estaba perfecto salió rumbo a la iglesia, como todos los niños hicieron... pero con una diferencia: Raúl llegó montado en un tractor.

Con solo nueve años, este joven de Chipiona tiene auténtica pasión por los tractores. "Desde que se levanta todo es tractores, tractores y tractores", dice su madre Belén, "igual que su padre cuando era chico". Y tiene explicación. Su padre es la tercera generación de una empresa familiar de tractores agrícolas y algún día Raúl será la cuarta.

Por eso cuando en casa empezaron a preparar su comunión, se les ocurrió una idea: pasearlo por todo el pueblo y llevarlo en tractor hasta la iglesia. El propio Raúl fue quien eligió el vehículo: el 8320, el más grande de toda la empresa y de todo Chipiona. "Son tractores de campo y este estaba sucio", dice su madre, así que estuvieron dos semanas limpiándolo para la comunión.

Detrás de la organización estaba su tío Rafael Castro. Fue él quien llevó el tractor a primera hora a casa de Raúl para recogerlo. Allí decoraron el vehículo con globos de colores. "No lo hicimos antes para que no se pincharan los globos viniendo del campo", explica Rafael. Una vez que todo estaba listo empezó un viaje que Raúl no olvidará jamás.

"La primera parada fue la casa de sus abuelos", cuenta su tío. Una parada muy emotiva porque justo al lado vive su bisabuela y el pasado tres de diciembre falleció su bisabuelo, también tractorista. De allí, tío y sobrino pusieron rumbo a la iglesia aparcando el tractor en la plaza ante el asombro de los presentes. "Muchos ya lo sabían porque Raúl lo iba contando a todo el mundo", dice Rafael, "es su pasión".

Una vez terminada la ceremonia, el viaje en tractor continuó. "Dimos un paseo por todo el pueblo y nos fuimos a la playa para hacernos unas fotos", cuenta Rafael. Allí, la gente salía del agua solo para ver la estampa de Raúl posando con una pasión que le acompaña desde que nació. "Lo lleva en la sangre", dice su tío.

De ahí a la celebración, donde los invitados le esperaban ya en una fiesta cuya temática y decoración también estaba inspirada en tractores. "Yo estaba emocionada de verle tan feliz", dice su madre Belén que como Raúl, guardará para siempre en su memoria el día en el que un tractor salió del campo para llevarle a su primera comunión.

Temas