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Una niña de 14 años falleció el pasado 13 de marzo en el Hospital Universitario Puerta del Mar (Cádiz) tras presuntamente confundir en el servicio de urgencias del Hospital Virgen del Camino de Sanlúcar de Barrameda una meningitis meningocócica con que la pequeña había sido drogada y violada. Por ello, los padres de la menor han presentado una reclamación patrimonial contra la Consejería de Salud y Consumo del SAS por la que solicitan una indemnización de 201.820,56 euros.
Los abogados de la familia denuncian que los médicos estuvieron dando "palos de ciego" para dar con el diagnóstico, llegando a activar el protocolo de violencia de menores, hasta que la pequeña sufrió dos paradas cardiorrespiratorias tras varias horas de espera en el centro hospitalario. "Ha sido una negligencia detrás de otra, han cometido por lo menos cuatro fallos", denuncia el padre de la joven en declaraciones a NIUS, quien ahora solo pide "que se haga justicia y se le retire el título" a la doctora que les atendió.
Todo comenzó el día 10 de marzo cuando los padres de la menor la trasladaron a las urgencias del Virgen del Camino, hospital concertado con el SAS, porque su hija llevaba dos días con náuseas, vómitos y fiebre y no mejoraba. Allí, le realizaron una analítica de sangre que arrojó una leucocitosis de 18.300, con linfopenia y trombopenia, además de una serie de alteraciones que indicaban que la menor sufría una inflamación en el cuerpo debida a una infección.
Aún con ello, según el bufete de abogados al que la familia ha encargado el caso, no se le realizó la prueba necesaria para averiguar el origen de la infección y fue llevada a observación sin aplicar el tratamiento adecuado a los síntomas que presentaba.
"Decían que mi hija tenía síntomas de estar drogada y le hicieron tres pruebas de toxicología", denuncia su madre, quien afirma que la llegaron a sacar de la sala donde estaban evaluando a su hija por si le daba vergüenza reconocer delante de su madre que había consumido alguna sustancia. "Pero todas las pruebas dieron negativo", afirma.
El bufete de abogados detalla en un comunicado que, según la doctora y la enfermera que les atendió, la niña “parecía tener síntomas de estar bajo los efectos de drogas” y "fue sometida a un interrogatorio siendo presionada" para obtener alguna respuesta sobre si había consumido sustancias tóxicas.
Entonces, la menor comenzó a sangrar por el esfínter, ya que lo tenía muy dilatado, por lo que la doctora "cambiando totalmente de diagnóstico" sospechó que podría haber sufrido una agresión sexual y activaron el protocolo de violencia de menores. Algo con lo que, según el abogado de la familia, "se perdió un tiempo precioso, la llamada hora de oro" para dar con el diagnóstico.
Al cabo de unas horas y, ante la falta de pruebas, la menor sufrió una parada cardiorrespiratoria. Los médicos les comunicaron a los padres de la menor que había que volver a repetir las pruebas debido a un error. Al poco tiempo, la joven sufrió una segunda parada cardíaca y entró en estado crítico con un fallo multiorgánico, por lo que fue derivada a la UCI Pediátrica del Hospital Puerta del Mar.
Ya en este segundo centro es cuando finalmente los sanitarios sospecharon que la niña padecía una meningitis bacteriana y un shock séptico que afectó al sistema nervioso central. Finalmente, cuatro días después de su llegada a urgencias, la niña falleció. Sus padres están convencidos de que, si hubieran aplicado correctamente el protocolo adecuado, hoy su hija seguiría viva.