Había llegado desde Hungría para pasar dos semanas de vacaciones en la Costa del Sol. Llegó sin acompañante, solo con su equipaje, y le pidió a un amigo de Dubái si conocía a alguien que le pudiera enseñar la zona. Le puso en contacto con un albanés con el que ha estado durante varios días de fiesta, en restaurantes de lujo por Marbella y, este miércoles, habían quedado en una villa de lujo en Benalmádena. Lo que no podía imaginar es que el que hacía de anfitrión y sus colegas se convertirían en sus propios secuestradores.
La víctima es sirio, vive en Hungría y, según manifestó, tiene una empresa en Dubái que gestiona criptomonedas. Su secuestro no fue forzado porque llevaba varios días de fiesta con sus nuevos colegas. Este miércoles habían quedado en una villa de lujo y allí se presentó. Nada más llegar, según contó a los agentes, uno de los presentes lo recibió con un traje de EPI que ya le hizo sospechar que algo no iba bien.
Lo maniataron, le pusieron una pistola en la cabeza y le dijeron que para su liberación tenía que desembolsar un millón de euros. Los secuestradores, según las fuentes, le dejaron que utilizara su teléfono para que accediera a las aplicaciones que utiliza como gestor de criptomonedas y para contactar con la persona que tenía que pagar el rescate.
En un momento, la víctima consiguió hacer una foto por la ventana y enviarla al colega de Hungría, el que hacía de mediador para abonar el dinero. Este contactó con otro conocido del secuestrado, que vive en Torremolinos, y le hizo llegar toda la información con la que se presentó en la comisaría de Torremolinos.
Comenzó aquí una investigación a contrarreloj para liberarlo. La negociadora de la Policía Nacional en la comisaría de Málaga iba dando órdenes a la persona de Hungría sobre cómo debía ir procediendo. Mientras los secuestradores creían que estaban consiguiendo el dinero y que casi tenían el millón de euros, los agentes de UDYCO Costa del Sol tomaban declaración al español que denunció los hechos, localizaban la ubicación y pedían la entrada del registro en el juzgado.
En cinco horas, a las seis de la tarde, un amplio dispositivo compuesto por medio centenar de efectivos: GOES, Medios Aéreos, UDYCO Costa del Sol, UPR, el negociador policial y la Policía Científica en la villa de lujo ubicada en Benalmádena que los secuestradores habían alquilado para dos días. Allí, según las fuentes, encontraron una habitación llena de plásticos, armas y herramientas de jardinería, como unas tijeras de podar y también sierras.
Uno de los detenidos tiene varias identidades falsas y antecedentes por delitos de robos con fuerza en otra zona del país. Además, dos de ellos tenían en su poder pasaportes griegos falsos y, el albanés sí tenía su documentación original. Los tres continúan en dependencias policiales y está previsto que este sábado pasen a disposición judicial acusados de los delitos de secuestro, tenencia ilícita de armas y lesiones.
Un rescate exprés donde ha sido fundamental el hecho de contactar con la Policía en las primeras horas del secuestro para una investigación, a contrarreloj, que liberó a la víctima en cuestión de horas.