Un anónimo regala un portátil nuevo a Alba, la niña ciega de Sevilla a la que se lo robaron: “Éste no me lo quita nadie”

Hace tres semanas que tomar apuntes y hacer los deberes es, para Alba, un suplicio. Tiene 11 años y ceguera total desde que nació. Su discapacidad nunca ha sido para ella un obstáculo, hasta que el pasado 21 de marzo le arrebataron algo que, para su día a día, es fundamental: su ordenador portátil, adaptado con un teclado braille.

La pequeña ha tenido que volver a su antigua maquina Perkins en clase. Con menos teclas, más pesada y ruidosa. Pero eso se ha acabado porque, tras conocer su historia, un donante anónimo le ha regalado uno nuevo. “No nos lo esperábamos, Alba está muy contenta”, explica a NIUS Silvia, su madre, que ese mismo día ponía la denuncia por el robo.

Lo recibían este lunes, a través del programa de Canal Sur, Andalucía Directo. Un flamante portátil con una línea braille incorporada al que ahora la ONCE le instalará los programas específicos para personas con discapacidad visual. Este miércoles ya podrá llevarlo a clase. “Está deseando porque tiene mucho temario y tenía que hacer mucha fuerza con los dedos, folio tras folio”, dice su madre.

Alba está en sexto de Primaria, un momento clave. “El año que viene ya pasa al instituto y la están preparando para que tenga más soltura con el ordenador porque la Secundaria es diferente”. Por eso, el robo de su ordenador había sido un mazazo para esta alumna, trabajadora y aplicada. “Se hartó de llorar porque tenía ahí todos sus trabajos y, para ella, es vital, tanto en el colegio como en casa para estudiar y hacer los deberes”, nos cuenta su madre.

"Éste ya no me lo quita nadie, mamá"

El portátil fue robado del coche. “Nos rompieron el cristal y se lo llevaron en el maletín”, relataba su madre. Era un préstamo de la Junta de Andalucía, adaptado por la Fundación ONCE. Ahora Alba tiene el suyo propio. “Este ya no me lo quita nadie”, le ha dicho a su madre que solo tiene palabras de agradecimiento para la persona anónima que se lo ha hecho llegar.

Son las dos caras de la moneda, dice Silvia. “El que no ha tenido corazón de devolverlo, sabiendo que era de una niña que lo necesita, y por otro, una persona solidaria que nos ha ayudado”, señala. No saben quién es, pero le estarán eternamente agradecidas. Gracias a este anónimo, Alba vuelve a recuperar “sus ojos”.

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