El edificio okupado consta de seis plantas y está ubicado dentro del propio patio del CEIP Custodio Puga de Torre del Mar, en Málaga. Son viviendas que, en los años 80, estaban destinadas al profesorado que venía de otras ciudades para impartir clases en el centro. Con paso del tiempo, quedaron deshabitadas y después, okupadas. Ahora, alumnos y moradores conviven a apenas unos metros de distancia.
Son una decena las familias que viven ilegalmente en estas casas pero la situación ha empeorado en los últimos años con la llegada de nuevos inquilinos. “Peleas escandalosas, rotura de mobiliario y enseres, venta ilegal de animales, entradas y salidas de personas”, relatan desde el AMPA a NIUS. Los padres y madres del centro aseguran sentir “miedo y vergüenza” por lo que tienen que vivir sus hijos.
El pasado 6 de marzo, incluso, una detención policial en plena jornada lectiva que obligó al desalojo de las clases de Infantil y que todas las aulas de la primera y segunda planta que dan a esa zona tuvieran que bajar persianas y cerrar ventanas para evitar que un centenar de niños de entre 6 y 11 años vieran lo que estaba ocurriendo. "Al final, sin ser a veces conscientes, se están habituando a estos episodios y lo normalizan que es lo más grave", lamenta Ruth Torquemada, presidenta del AMPA que lleva desde 2016 pidiendo una solución.
“La intervención policial fue rápida y lo más discreta posible, teniendo en cuenta que el detenido cuando salió del colegio se mostraba agresivo y provocó otro espectáculo para meterlo en el coche”, explica esta madre que relata que el incidente venía de largo en el tiempo con peleas previas y ruido de golpes que se oían desde las aulas.
No es el único problema al que se enfrentan. Preservativos usados, compresas, pastillas, colillas o cristales. Son algunas de las cosas que son arrojadas por las ventanas de las viviendas okupadas, cayendo directamente al patio donde los pequeños juegan. “¿Cómo es posible que un colegio tenga que vivir situaciones como éstas?”, se pregunta Torquemada.
Ante el peligro, el ayuntamiento ha cerrado con chapa todas las ventanas. “Nuestros hijos estaban en continuo peligro”, señala la presidenta que reconoce que vivían con el temor de que arrojaran algo peligroso y las limpiadoras o los maestros no se se dieran cuenta antes que los niños para poder así recogerlo.
Desde el AMPA piden un centro en condiciones para sus hijos. "Se construyó para 200 alumnos, ahora hay 500. No tienen gimnasio, faltan aulas y hay un solo patio para toda Primaria. Solo pedimos recuperar esa parte que pertenece al centro para hacer un colegio digno", explica Torquemada.
Por su parte, el Ayuntamiento de Vélez Málaga insta a la Junta de Andalucía a que construya un nuevo edificio dada la antigüedad del mismo. “Hay deficiencias estructurales desde hace muchísimos años, no se ha invertido ni un sólo euro, por parte de la Junta anterior ni de la de ahora, ni el PSOE ni el PP”, señala el primer teniente de Alcalde, Jesús Carlos Pérez Atencia (GIPMTM), en un vídeo difundido a través de las redes sociales.