Ana tiene 71 años y es bética de toda la vida. Fue su padre el que le inculcó, al igual que a sus hermanos, el sentimiento verdiblanco. Aunque ella lo ha llevado al extremo. Tanto que ha convertido su casa, en Almensilla (Sevilla), en un auténtico santuario del Betis. “Guardo cosas desde pequeña y ahora no sé ni cuántas tengo”, explica a NIUS.
La mayoría se acumula en el dormitorio que compartía con su marido antes de quedar viuda, hace 23 años. “Decidí convertirla en un museo y trasladarme yo a otra habitación”, señala. Hay una cama con un cabecero y varios muebles, pero es imposible distinguirlos bajo la marea verdiblanca de objetos que lo cubren todo, hasta el techo.
Bufandas, banderas, camisetas firmadas, peluches. Hasta un niño Jesús vestido con la equipación del Betis. "Desde chiquitito", bromea. O un trozo del Gol Sur del estadio. Y fotos, muchas fotos, del capitán bético. “Tenía una enmarcada de mi difunto marido y, al final, he tenido que ponerle encima la de mi Joaquín”, nos explica Ana, que siente predilección por el histórico jugador. “Lo quiero mucho, es como de mi familia y me llama, a veces, para charlar un ratito conmigo”, apunta.
Cuando llegan fechas señaladas, como cumpleaños o Navidad, Ana tiene muy claro lo que quiere. “Mi colonia de siempre y algo del Betis. No quiero que me regalen otra cosa”, señala. Una colección única de objetos que traspasa fronteras. “Vienen béticos de muchas partes de España para conocerla y se quedan sorprendidos, incluso del extranjero”, nos cuenta.
Los últimos, dos jóvenes de Bilbao que llamaron a su puerta hace unos días para pedirle cita. “Les dije que pasaran, que esto está abierto a todo el que quiera. No cobro nada”, dice orgullosa. Incluso, para aquellos sevillistas que quieran acercarse a conocer esta colección histórica del equipo rival. Sólo pone un requisito. "Que por respeto no vengan con la camiseta del Sevilla", recuerda Ana.
Sabe que llegará el día en que no tenga dónde meter tantos objetos. “Lo único que me queda es tirar el tabique y hacer la habitación más grande, pero entonces me quedaría sin cuarto de baño”, bromea esta aficionada de carnet que no se pierde ni un partido. Va con su hermana pequeña o con la Peña Bética del pueblo. Además ya tiene su entrada para el encuentro de vuelta de la UEFA Europa League, el 16 de marzo en el Benito Villamarín, donde el Betis se enfrenta al Manchester United, tras caer por 4-1 en la ida. Un rival que la tiene en un sinvivir. “Voy con la mentalidad de que vamos a perder”, lamenta.
Operada de problemas cardíacos, intentan tomarse el fútbol con tranquilidad. “Ya no me llevo sofocones. El Betis es así. Unas veces arriba y otras abajo, pero yo siempre con el equipo, el mejor del mundo”, asegura Ana que tiene algo muy claro: su corazón, a pesar de los achaques, es verdiblanco.