Un camarero de Huelva salva la vida a un cliente: "Fueron los 8 minutos más largos de mi vida"
Iván Stiben, de 22 años, le practicó una RCP gracias a un curso de primeros auxilios que tuvo que hacer para un trabajo de socorrista
El hombre, de 55 años, permanece en la UCI recuperándose de una hipoxia cerebral
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A Iván Stiben lo tratan estos días como a un héroe, aunque él, dice, sigue siendo el mismo. Este joven de 22 años trabaja de camarero en un bar de Cartaya (Huelva) que pertenece a su familia. El pasado 7 de marzo, a cinco minutos de terminar su turno, entraba un cliente. Poco después, Iván le salvaba la vida.
“Pasó directamente a la zona de máquinas de juego y, al rato, a través de las cámaras de vídeo vi como unas piernas en el suelo o un bulto”, cuenta a NIUS. Al acercarse, comprobó alarmado que el hombre se había desplomado. “Estaba muy morado como si se estuviera ahogando”, señala el joven que, mientras lo ponía en posición lateral de seguridad, llamaba a Emergencias. “Fue lo primero que hice”, apunta.
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A pesar de los nervios, este joven camarero supo mantener la calma y seguir las indicaciones que le daban por teléfono. “Me tranquilicé cuando me dijeron que una ambulancia venía de camino”, explica. Sus conocimientos en primeros auxilios le sirvieron para llevar a cabo una RCP. “Lo aprendí en un curso para un trabajo de socorrista", señala. Durante ocho eternos minutos, "los más largos de mi vida", Iván mantuvo al hombre de 55 años con vida hasta la llegada de la ambulancia del 061.
Después, los sanitarios estuvieron “casi un hora” atendiéndolo en el bar, antes de trasladarlo a un hospital de Huelva donde permanece en la UCI en estado grave, tras sufrir una hipoxia cerebral. “Son ellos los que verdaderamente le salvaron la vida, yo solo ayudé”, asegura Iván que, ya hace unos años, también le salvó la vida a un amigo gracias a sus conocimientos. "Me sale de forma natural ayudar, otras se quedan paralizados", reconoce.
Tanto el personal médico como la mujer del paciente le han dado las gracias por su labor. “Me dicen que si no llega a ser por mi, no estaría vivo”, nos cuenta. Por eso, este joven insiste en la importancia de que se imparta una mínima formación en primeros auxilios en centros escolares y de trabajo. “Es algo que no enseñan en ningún lado y es vital”, insiste. A él, ya le ha servido para salvar dos vidas.