Solo ha sido un viaje de 12 horas para Bogor, pero para todos los demás que han participado en el traslado de este elefante asiático ha sido un año entero de preparativos. Más de una decena de personas entre cuidadores, transportistas, veterinarios y responsables de hasta tres zoológicos de España han colaborado para que Bogor haga los 500 kilómetros que separan Madrid de Málaga.
Con diez años, este elefante asiático se había convertido ya en un macho adulto y como tal entraba en conflicto con otros machos del Zoo de Madrid. Uno de los programas de recuperación de especies en peligro de extinción recomendó cambiarle de parque y para evitar grandes traslados se decidió llevarlo a Selwo Aventura. En ese momento la maquinaria empezó a funcionar
Aún no había fecha para el traslado. Antes había que adecuar el hábitat de la que sería su nueva casa. "Nosotros teníamos solo dos hembras mayores, Tima y Jangoli, de 57 y 55 años", comenta Eloy Moreno, responsable de conservación de Selwo Aventura. Ahora iban a recibir a un elefante joven y tenía otras necesidades. Durante meses estuvieron trabajando para preparar el terreno e incrementar la seguridad.
Con todo preparado, el Zoo de Madrid y Selwo Aventura empezaron a pensar fechas para el traslado. "Evitamos las épocas de mucho calor porque condiciona y estresa a los animales", dice Eloy. Tampoco viajan durante los fines de semana. Tenía que ser un día de lunes a viernes y tenía que ser como muy tarde en febrero.
Con más de una tonelada de peso, el transporte de Bogor también era un reto. "Necesitábamos un cajón grande, un container especial diseñado para transporte de animales", cuenta Eloy. La solución estaba en Cantabria, el Parque de Naturaleza Cabárceno contaba con uno que habían utilizado para un elefante africano que acogen allí. "Todos los parques que pertenecemos a los mismos programas de recuperación de especies colaboramos entre nosotros", dice Eloy.
Enseguida el cajón viajó hasta el Zoo de Madrid y allí empezaron el trabajo de los cuidadores con Bogor. Durante dos meses se le entrenó para que se familiarizara con el cajón en el que viajaría. "Se le entrena con premios para que entienda que la caja es segura", explica Eloy. La última semana de Bogor en Madrid, además un cuidador de Málaga le estuvo acompañando para que Bogor le fuera conociendo e ir aprendiendo las órdenes que entiende.
Una vez que todo estaba preparado se puso fecha al traslado. Sería el 15 de febrero. Ahora solo quedaba el transporte. Entre Bogor y la caja, son más de 8.000 kilos circulando por autovía. Una empresa española especializada en el traslado de animales se hizo cargo. En total junto al elefante viajaban cuatro personas. El chófer del camión y en un vehículo auxiliar, un veterinario, un transportista especializado en animales y el cuidador de Bogor en el Zoo de Madrid.
A poca velocidad, el viaje entre Madrid y Málaga duró 12 horas. Durante el trayecto hicieron dos paradas para ver cómo se encontraba el animal. Por unos ventanales del cajón donde viajaba Bogor, su cuidador podía ver si necesitaba más agua, heno o fruta. "Fue muy tranquilo durante todo el viaje", explica Eloy Serrano.
A primera hora de la mañana el camión llegaba a Selwo Aventura donde todos le esperaban. El camión era tan grande que no pudo entrar al parque y con una grúa, la caja de Bogor fue colocada sobre otro camión más pequeño. Este lo llevó hasta la zona de los elefantes. Allí de nuevo la grúa bajó el cajón hasta el suelo colocando el portón mirando hacia su cuadra. Era el final de un viaje que había salido a la perfección.
"Y aquí lo tenemos", dice Eloy. En una de las tres praderas se puede ver a Bogor totalmente aclimatado. Eso sí, aún no se ha podido juntar con las dos hembras de elefante, Tima y Jangoli. "Sería como meter un niño revolucionario que lo toca todo con dos abuelitas que lo que quieren es tranquilidad", bromea Eloy. Sin embargo, el objetivo es que puedan estar juntos, pero eso será más adelante. De momento toca descansar después de un viaje de 12 horas que ha costado un año de trabajo.