Nadie quiere que Cristóbal se jubile a los 35 del bombo de la banda de Lantejuela: "Aporta muchísimo, nos contagia su alegría"

  • Cristóbal entró en la agrupación musical tras celebrar la comunión, cuando tan solo tenía 11 años

  • Desde hace un tiempo amenaza con dejar la banda, toda una familia para este joven con síndrome de Down

  • Una pareja de Jaén triunfa en TikTok bailando

En Lantejuela (Sevilla), todo el mundo conoce a Cristóbal... y Cristóbal conoce a todo el mundo. "Se sabe los nombres y apellidos y hasta matrículas de los coches de los vecinos", dice su madre, Mari Carmen, "si preguntas por él en el pueblo, enseguida te dirán dónde está". Y eso puede ser con la chirigota, en clases de salsa, en la peña del Sevilla o lo que más le gusta... ensayando con la banda.

Desde hace casi 25 años, Cristóbal es uno de los bombos de la Agrupación Musical de Lantejuela. "Entró cuando hizo la comunión con once años", cuenta su madre, "me lo pidió él". Cada vez que veía una banda o escuchaba música en la tele le pedía tocar con ellos, aunque no sabía nada de música.

"Fue él quien decidió que quería tocar el bombo", dice Paco Montes, antiguo director de la banda. Era el instrumento que más le gustó y allí aprendió a tocarlo. "Me enseñó una persona importante para mi", dice Cristóbal. Se trata de Juanini, que junto a Juan, el otro bombo de la agrupación, le arroparon desde que era un niño. Hoy es uno más de los 55 miembros de esta banda y se sigue poniendo nervioso cuando llega Semana Santa y hay que salir a tocar.

"Para salir en condiciones hay que estar un poco nervioso", dice Cristóbal, que tiene entre sus piezas favoritas la Saeta y 'Costaleros de fe'. Su madre sabe poco de marchas, pero sí sabe que la banda le ha dado muchas cosas. "Compañerismo, el compartir, relacionarse...", dice Mari Carmen, "es otra familia para él". 

"Aporta muchísimo al grupo", dice Francisco, el actual director de la agrupación, "nos contagia su alegría, transmite felicidad y te hace ver que los problemas del día a día no son problemas". De hecho, Cristóbal no es el único miembro de la banda con discapacidad, también cuentan con Lázaro, que tiene 32 años y que también forma parte de la agrupación desde pequeño.

Sin embargo, últimamente Cristóbal se siente mayor y de vez en cuando amenaza con jubilarse. "La última vez fue en Reyes", dice su madre. No terminó el recorrido de la banda porque estaba cansado. "Tiene dos operaciones en cada rodilla por desplazamiento de rótula", dice Mari Carmen, "algo común en personas con síndrome de Down".

"Tengo ya 34 años", dice Cristóbal, "y en marzo cumplo 35". De hecho, es de los más antiguos de toda la agrupación y por eso cuando dice que se va, todos se unen para intentar convencerlo de que vuelva. Esta vez ha sido posible y Cristóbal ha regresado a los ensayos. "Yo no quiero que se quite porque lo tratan muy bien", dice su madre.

"Con él aprendes humanidad", dice Francisco, el director de la agrupación. La banda es importante para Cristóbal y Cristóbal es importante para la banda. "Me quieren a rabiar", cuenta a NIUS, porque su bombo hace mucho más que música, los une y les enseña a ser felices a su ritmo... el ritmo que marca el bombo de Cristóbal.

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