Da a luz en su casa de Lebrija guiada por teléfono: “Es una experiencia bonita pero no se la deseo a nadie”

  • Estaba previsto que Enzo naciera dentro de dos semanas y decidió llegar al mundo el día de los enamorados

  • Su madre, con dolores parecidos a los de la regla, dio a luz en el baño de su casa en Lebrija

  • Han pasado la primera noche en casa tras recibir el alta hospitalaria y aún estan asimilando lo que han vivido

Las fechas probables de parto, son eso, probabilidades. Si todo marcha bien, no se puede saber cuándo un bebé decide llegar al mundo. Algunos se retrasan y otros, como Enzo, se adelantan. Sus padres lo esperaban para dentro de dos semanas pero él, quiso nacer, el día de los enamorados, el 14 de febrero. Ni siquiera esperó a llegar al hospital y nació en el cuarto de baño de su casa en Lebrija, Sevilla. 

“Me fui a trabajar a las 8 de la mañana”, relata Jose Cordero, el padre de Enzo. Había dejado a su mujer, Elisabeth, con algunas molestias pero no imaginaba que a las 9:03 minutos de la mañana nacería su hijo. A la media hora de irse, ya le envió un mensaje para que volviera porque los dolores le parecían fuertes y ella prefería ir al hospital para que la vieran. Este está a unos 40 minutos, en Dos Hermanas. 

El único que parecía haber intuido que algo iba a pasar era ‘Giro’, el perro de agua de la familia. Llevaba alrededor de cuatro días siguiendo a Eli a todas partes, gesto que no es frecuente en él porque siempre va detrás de Jose. Ese día, tampoco la dejó sola, se quedó sentado, medio llorando, sin moverse de su lado.

En el cuarto de baño

En este tiempo, Eli - como la llaman- avisó a su madre para que le echara una mano con su otro hijo para que lo llevara a la guardería. En esto, Jose volvió a casa y, mientras se cambiaba la ropa y preparaba las cosas para salir al hospital, Eli estaba en el baño. “Jose me están entrando ganas de empujar, llama a emergencias”, recuerda que le dijo. En ese momento, la observó bien y vio la cabeza de su hijo. Era una realidad que no daba tiempo ni a salir de casa.

Con la llamada al 061 en altavoz, empezó la ayuda telefónica. “Nos iban diciendo qué ir haciendo”, relata Jose, que reaccionó cogiendo toallas y mantas para ponerla en el suelo. “El niño empezó a bajar lentamente y salió dentro de la bolsa, se rompió sola nada más salir”, señala. No hubo gritos de dolor, solo el suave llanto de ‘Giro’ que miraba fijamente a Eli.

Tal y como le decían al teléfono, cogió a Enzo, lo puso en el pecho de Eli y los abrigó al tiempo que escuchaba la ambulancia llegar. “Llegaron los médicos, cortaron el cordón y nos fuimos para el hospital”, cuenta. Han pasado la primera noche en casa, tras recibir este jueves el alta y siguen asimilando la situación. “Yo pasé mucho miedo, es una experiencia muy bonita pero no se la deseo a nadie”, confiesa, después de anhelar esa tranquilidad que da un parto con profesionales.

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