Madroña y Retinto, seleccionados genéticamente para copular en Doñana y garantizar la supervivencia del lince ibérico
La nueva temporada reproductora del lince ibérico ya ha arrancado en el centro de cría en cautividad de El Acebuche (Huelva)
Se han seleccionado genéticamente para que se reproduzcan este invierno, la única época en la que "aceptan compartir instalación"
Triplicar la población de linces en 2040, el nuevo reto de WWF
La nueva temporada reproductora del lince ibérico ya ha arrancado en el centro de cría en cautividad de El Acebuche, en el Espacio Natural de Doñana (Huelva). Durante este mes, la pareja formada por la hembra Madroña y el macho Retinto tendrán una importante misión: copular para conseguir una nueva camada de cachorros de este felino que ayudarán en la supervivencia de esta especie protegida en la Península ibérica.
Serán una de las siete parejas seleccionadas genéticamente para llevar a cabo esta función este invierno, la única época del año en la que dos ejemplares adultos "aceptan compartir instalación" y las interacciones y comportamientos precelo "se multiplican", según ha explicado a NIUS el director general de Política Forestal y Biodiversidad de El Acebuche, Juan Ramón Pérez.
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"La carga genética de los ejemplares reproductores se ha de revisar previamente porque queremos evitar en la medida de lo posible la endogamia que se ha ido produciendo en los últimos 20 años que lleva en marcha el proyecto", aclara Pérez, quien destaca que en junio de 2022 el informe anual del grupo de trabajo del lince apuntaba a que la población del lince ibérico (Lynx pardinus) batió un nuevo récord, con un total de 1.365 ejemplares censados en la actualidad, entre adultos, subadultos y cachorros nacidos en 2022.
Durante este último año, los últimos once cachorros que han nacido en cautividad han permanecido con sus madres y ahora se les está entrenando para que puedan sobrevivir en el medio natural. Una vez que estén completamente preparados se soltarán en diferentes puntos de España, como pueden ser la Sierra de Arana, Zarza de Granadilla o El Acebuche, donde deberán luchar por sobrevivir e intentar seguir reproduciéndose.
Pero la endogamia es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los criadores, ya que, por ejemplo, de los once cachorros cinco son descendientes de Aura -la hembra de lince ibérico más longeva hasta ahora conocida, que murió a finales de 2022-, por lo que sus lugares de suelta tienen que estar muy bien planificados para que la genética no afecte a su evolución reproductora.
Y es que las hembras de lince son capaces de dar a luz una vez al año tras un embarazo que dura 70 días aproximadamente. Durante este período de tiempo la madre creará una guarida, donde su cría pueda nacer.
Por eso, Toranja, Támara, Tenebrio, Tempul, Torero, Troncho o Tritão son tratados con mucho cariño. Serán los machos y hembras que continuarán con la especie y que conseguirán que este animal que hasta hace unos años estaba en peligro de extinción vuelva a campar a sus anchas por las sierras de la Península Ibérica.
"Los mimamos mucho. Son como nuestros hijos, porque todos tienen una historia muy bonita detrás y luchamos mucho para que salgan adelante", reconoce Juan Ramón Pérez, quien recuerda que hay dos cachorros que todavía no tienen nombre ya que se va a elegir en un concurso que han organizado en el centro de cría de Iznalloz.
Sistemas de seguridad para evitar atropellos
La población se ha multiplicado por doce en veinte años pasando de 94 a más de 1.100 ejemplares, aunque Pérez reconoce que uno de los principales retos a los que se enfrentan todos los años es evitar los atropellos de estos animales -una de las principales causas de que haya estado en peligro de extinción durante muchos años-.
De hecho, este verano ya se instaló en un tramo de carretera de Vilches, en Jaén, una barrera virtual pionera en España con unos sensores a los dos lados de la vía que detectan la luz de los vehículos a su paso por este punto concreto y activan una alerta sonora y lumínica. Esto llama la atención de los animales y los aleja de la carretera.
Un sistema que se va a implantar en cinco puntos diferentes de las carreteras de Huelva a Sevilla, de Córdoba y de Jaén, aunque no es suficiente, ya que, tal y como alertaron desde WWF hace unos meses, "es necesario triplicar la población de linces hasta 2040, hasta alcanzar al menos a 3.000-3.500 individuos, de los cuales 750 deberían ser hembras reproductoras, y evitar atropellos y furtivismo para que la especie abandone la zona de peligro".