Lucy, la mastina que abandonaron los humanos y se enamoró de los caballos en Granada

Se llama Lucy... desde hace una semana. Antes no tenía nombre. Esta mastina abandonada en Granada ha pasado media vida en la calle, donde aprendió a desconfiar de los humanos y amar a los caballos. Sin hogar ni familia, Lucy encontró afecto y compañía en un caballo al que iba a visitar cuando podía.

"Ella metía su hocico entre los barrotes de la puerta para tener contacto con un caballo que había en un cortijo", dice Belén, una de sus rescatadoras, "hasta entonces era su único amigo". El segundo amigo llegó al poco, la propietaria de un bar cercano que empezó a darle de comer las sobras del día. "Se le partió el corazón de verla tan desamparada", cuenta Belén, la tercera amiga de Lucy, la que ayudó a rescatarlo de la calle.

"Creemos que fue abandonada", dice Belén. De hecho, llevaba un año merodeando por las afueras de Chimeneas, en Granada. De ahí se la llevaron directa a un veterinario y comprobaron que no tenía chip. Desparasitada y algo más tranquila, llevaron a Lucy a una residencia para perros que costean de su bolsillo Belén y un grupo de madrinas. "Al principio tenía miedo", dice Ana dueña del refugio ubicado en Santa Fe, "pero ya se lleva bien con todos los perros".

Champagne y Orgulloso

Sin embargo, se lleva mejor con los caballos de Ana. Champagne, un caballo lusitano de cuatro años y sobre todo Orgulloso, un caballo español de ocho años. "Orgulloso es mucho más tranquilo y se tumban los dos juntos", explica Ana, sorprendida por la afinidad que tiene Lucy con sus animales.

"No es normal que mis caballos dejen que un perro se meta donde están, se acerque o se tumbe con ellos porque les da miedo", dice Ana, pero Lucy lo hace y lo hace a diario. "No se despega de la puerta de la cuadra y cuando voy a limpiarlos se mete corriendo", dice la dueña de la residencia. Allí entre la paja se acurruca junto a Orgullo o busca a Champagne para jugar con él.

Lucy aprovecha cualquier momento del día para estar con Champagne y Orgulloso. "Este perro sabe cómo acercarse a los caballos", confiesa Ana, "si pudiera hasta dormía con ellos". Sin embargo, de momento pasan la noche en lugares diferentes de la residencia y es casi el único momento en el que perro y caballos están separados.

La relación entre ellos crece con los días, pero todos saben que el final feliz aquí pasa por que Lucy encuentre su propia familia. Para ello, sus madrinas han puesto a disposición de los interesados el email belencatjbb@gmail.com y esperan que pronto lleguen solicitudes de adopción para esta mastina "de buen carácter que se lleva bien con todos los perros", explica Ana... "pero que prefiere a los caballos". Quizás porque cuando le abandonaron los humanos, la única compañía que tuvo la encontró en un caballo. 

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