Camarón, la perdiz enamorada del flamenco que 'canta' por bulerías en Almería

Aguileo se llama al sonido repetitivo y gutural con el que las perdices avisan a las de su especie de la presencia de un peligro inminente. Pero Camarón es diferente... no necesita peligro alguno. Esta perdiz macho de dos años que vive en Almería echa a cantar en cuanto escucha los primeros acordes de una guitarra.

"Le puse Camarón porque cantaba todo el rato", dice Juan Carlos, que lo cuida desde que era un pollo. "Empezó cantando en mi mano", cuenta a NIUS. Según ganaba confianza empezó a soltarlo por casa y le acompañaba a todas partes. De repente un día, tocando la guitarra en el salón, Camarón empezó a cantar, "como si con el ruido de la guitarra se viniera arriba".

Para comprobar si aquello era fruto de la casualidad o de verdad Camarón era todo un artista, su propietario decidió llamar a Kevin Sierra, un guitarrista de Tabernas que había actuado con diferentes cuadros flamencos. Y como si de un casting se tratara, decidieron grabar la sesión en vídeo.

La guitarra y la perdiz

"Cuando la vi alucine", resume Kevin la experiencia de tocar para Camarón, la perdiz. "Al principio extrañaba un poco", cuenta a NIUS, sin embargo en al poco se animó y llegó incluso a cantar subida a su hombro mientras tocaba la guitarra. "Cuando yo tocaba se arrancaba", explica Kevin, que no salía de su asombro.

Si Kevin tocaba por soleá, la perdiz empezaba a hacer su cante y cuando variaba, la guitarra de Kevin se adaptaba. "Me acoplaba a ella o cambiaba el palo por malagueñas", explica el guitarrista, "y si me ponía por bulerías, la perdiz no paraba y se le ponía el cuello hinchado que parecía de verdad estar cantando bulerías".

Incapaz de contener la risa, Kevin Sierra, de treinta años, hizo lo que pudo por continuar el concierto casero. "Ha sido la actuación más original que he realizado", dice el guitarrista almeriense, "he tocado con muchas personas, pero nunca para un animal... y. mucho menos un animal que encima me responda".

"Algunas perdices cantan mucho en época de celo", dice su dueño Juan Carlos, "lo difícil es que cante en la mano como lo hace". Más difícil aún es que lo haga acompañada a la guitarra de un extraño. Pero Camarón es así. "Canta que da alegría verlo", dice a NIUS, y si además escucha flamenco, ya no hay quien lo calle.