Virginia Gil es enfermera por devoción y escritora por vocación. Siempre ha tenido el "gusanillo" de la escritura dentro y no es la primera vez que participa en un concurso de relatos breves, pero siempre dedicado al público adulto.
Sin embargo, algo ocurrió hace tres años que dio a su vida un giro de 180 grados: se convirtió en madre de un precioso bebé llamado Alejandro. Su mundo giraba en torno a él y a todo lo relacionado con el mundo infantil. En 2021 fue una de las afectadas por la pandemia y se infectó de Covid, así que aprovechó el aislamiento en su habitación para escribir una historia sacada de su imaginación que dedicar a su hijo.
Esta enfermera de la Unidad de Cirugía General del Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz llamó a las puertas de varias editoriales con el firme propósito de que su cuento se convirtiera en un libro ilustrado que otros padres pudieran contarles a sus pequeños. Y, gracias a Rimpompante, salió la primera tanda de ejemplares a finales de noviembre del año pasado. "El libro está siendo todo un éxito. Yo no me podía imaginar que iba a tener tanta aceptación", comenta Virginia.
Pero su historia no termina ahí, porque en las navidades de 2021 Alejandro tuvo que pasar unos días ingresado en la Unidad de Pediatría del centro donde ella trabaja. "Fue una pesadilla. Como enfermera siempre intentas hacer la estancia en el hospital más agradable, especialmente a los niños, pero cuando te toca estar en el otro lado te das cuenta de lo duro que es para ellos y para sus padres", recuerda emocionada.
Así fue cómo decidió que su 'Cuento mágico de Navidad' tenía que ayudar a otros niños enfermos a superar las largas horas de tratamiento en sus habitaciones del hospital, sobre todo en estas fechas tan especiales.
Sin querer dar muchos detalles para no desvelar el misterio de su cuento mágico, explica que la historia narra la vida de unos niños especiales que reciben una visita muy especial por Navidad, que hace que una vez que son mayores "siempre recuerden lo mágica que puede llegar a ser la Navidad si la miran a través de los ojos de un niño".
"Mi intención ha sido plasmar dos ideas. Por un lado, poner en valor la igualdad, el respeto, la convivencia y demostrar que la diversidad nos enriquece como personas. Y, por otro, que nosotros, como adultos, tenemos la responsabilidad de que nuestros hijos cuando sean mayores tengan un bonito recuerdo de su infancia", destaca Virginia.
Y esta Navidad ha cumplido su propósito y les ha hecho una visita mágica a los menores ingresados en el hospital en el que trabaja para regalarles un ejemplar de su libro escrito con tanto cariño por ella misma y dedicado también a todos los niños enfermos.
"Está siendo muy emotivo. Mi compañera y yo después no dejamos de llorar al recordar las caritas de ilusión que les hace recibir su regalo. No hay palabras para expresar cómo nos sentimos en ese momento", reconoce esta enfermera que comparte su cariño y empatía hacia todo el mundo.